Shohei Ohtani demandó a su exintérprete y amigo, Ippei Mizuhara, exigiendo la devolución de tarjetas de béisbol valoradas en cientos de miles de dólares que, según Ohtani, fueron compradas fraudulentamente con su propio dinero.
En documentos judiciales presentados recientemente, se reveló que Mizuhara, quien tuvo acceso a la cuenta bancaria de Ohtani desde noviembre de 2021, cambió los protocolos de seguridad de la cuenta para suplantar su identidad y autorizar transferencias bancarias sin su conocimiento ni consentimiento.
Según los documentos, Mizuhara gastó aproximadamente 325,000 dólares en tarjetas de béisbol en plataformas de revendedores en línea como eBay y Whatnot. Las tarjetas adquiridas incluyen coleccionables autografiados por Ohtani, que Mizuhara retuvo sin autorización, lo que ahora se considera una «posesión indebida».
Este fraude no es un caso aislado. Mizuhara, quien anteriormente trabajó como intérprete y confidente cercano de Ohtani, también se declaró culpable en junio de 2024 por malversar millones de dólares de la cuenta bancaria del jugador para financiar sus crecientes apuestas, así como para cubrir deudas relacionadas con un corredor ilegal y sus propias facturas médicas. De igual modo, el dinero robado fue utilizado para financiar apuestas en deportes como fútbol internacional, NBA, NFL y fútbol universitario, aunque los fiscales afirmaron que Mizuhara nunca apostó en béisbol.
Mizuhara fue un personaje clave en la vida de Ohtani durante varios años, participando en momentos significativos de su carrera, como su victoria en el Derby de Jonrones previo al Juego de Estrellas en 2021 y la consecución de sus premios de Jugador Más Valioso de la Liga Americana.
Incluso después de que Mizuhara dejara los Angelinos de Los Ángeles durante el cierre patronal de las Grandes Ligas en 2021, se mantuvo cerca de Ohtani, quien lo recontrató una vez se resolvieron los problemas del acuerdo.Sin embargo, la relación entre Ohtani y Mizuhara sufrió un golpe irreversible cuando se destapó el fraude y las apuestas ilegales.
Mizuhara, quien enfrentará su sentencia en enero de 2025, podría ser condenado a más de 30 años en prisión federal por los cargos de fraude bancario y falsificación de impuestos. Además, tendrá que devolver los casi 17 millones de dólares que robó de Ohtani y pagar más de un millón de dólares al Servicio de Recaudación Interna (IRS).
A lo largo de los años, Mizuhara también construyó una relación personal con la familia de Ohtani, incluso socializando con las esposas de ambos. Sin embargo, el escándalo marcó el fin de su estrecha colaboración, y ahora enfrentará las consecuencias legales de sus actos fraudulentos.
