El ciclón Chido dejó un saldo devastador en Mayotte, un territorio francés de ultramar ubicado en el océano Índico, tras arremeter con fuerza el pasado domingo. Según el balance oficial más reciente, al menos 21 personas han perdido la vida, aunque las autoridades temen que el número de víctimas alcance los centenares, e incluso miles, a medida que se remuevan los escombros y se reabran las vías de comunicación.
En respuesta a la crisis, el Ministerio del Interior francés anunció la imposición de un toque de queda nocturno de 10:00 de la noche hasta 4:00 de la mañana (hora local) para prevenir saqueos y garantizar la seguridad. A pesar de los daños masivos, las autoridades señalaron que, hasta el momento, no se han reportado actos de pillaje.
El presidente Emmanuel Macron calificó la situación como una «tragedia» tras liderar una reunión de emergencia la noche del lunes y aseguró que visitará Mayotte próximamente. Mientras tanto, el ministro del Interior, Bruno Retailleau, describió la isla como «completamente devastada», con el 70% de sus habitantes afectados por la tormenta.
Mayotte, considerada la región más pobre de Francia, enfrenta graves desafíos humanitarios debido a las precarias condiciones de vivienda de un tercio de su población. El impacto del ciclón Chido, atribuido por expertos al cambio climático, ha expuesto la vulnerabilidad de la isla ante desastres naturales de esta magnitud.
El ciclón también dejó al menos 34 muertos en Mozambique, según el Instituto Nacional de Gestión de Riesgos y Desastres, extendiendo así su devastación a lo largo del océano Índico.
Fuente: Agencia AFP
