La muerte de Chayada Prao-hom, cantante tailandesa de 20 años de edad, encendió el debate sobre los riesgos asociados a las técnicas de masaje empleadas en centros turísticos. La joven falleció el pasado 8 de diciembre tras desarrollar complicaciones graves, incluidas una infección sanguínea e inflamación cerebral, luego de someterse a varias sesiones de masaje para aliviar un dolor de hombro.
Según publicó el medio Infobae, no se ha confirmado si su muerte está directamente relacionada con los masajes, especialistas advierten sobre los peligros de manipulaciones cervicales mal ejecutadas, como las torsiones de cuello, que pueden causar lesiones severas, parálisis o incluso la muerte.
El caso reveló deficiencias en la regulación de estos servicios, ya que en el salón visitado por Chayada, sólo dos de las siete masajistas tenían licencias legales válidas. Las autoridades han iniciado investigaciones al respecto.
Expertos en kinesiología y traumatología subrayan la importancia de que los masajes sean realizados por profesionales capacitados, especialmente en destinos turísticos, donde suelen realizarse sin evaluar las condiciones de salud previas de los pacientes.
Recomiendan extrema precaución, especialmente en personas con problemas de coagulación, hipertensión o trastornos circulatorios.
Este no es un caso aislado. La reciente muerte de un turista singapurense en Tailandia tras un masaje en la playa refuerza la necesidad de mayor control y regulación en esta práctica tradicional, ampliamente promovida en el país.
