Japón. Científicos acogieron con satisfacción el miércoles los resultados de un ensayo clínico que confirma que un nuevo fármaco ralentiza el deterioro cognitivo de pacientes con Alzheimer, pero señalaron también efectos secundarios, a veces importantes.
Los resultados completos de este ensayo clínico avanzado (fase III) realizado en cerca de 1.800 personas durante 18 meses confirmaron una reducción de 27% del deterioro cognitivo de pacientes que recibieron lecanemab, un medicamento desarrollado por el grupo farmacéutico japonés Eisai y el estadounidense Biogen.
Esta proporción “estadísticamente significativa” entre los dos grupos ya se había anunciado a finales de septiembre.
Los resultados detallados, publicados el miércoles en la revista especializada New England Journal of Medicine, señalan también efectos secundarios, a veces graves.
En total, 17,3% de los pacientes que recibieron lecanemab sufrieron hemorragias cerebrales, frente a 9% de los pacientes del grupo placebo.
Un 12,6% de los pacientes tratados con lecanemab sufrieron edemas cerebrales contra solo 1,7% en el grupo placebo.
No obstante, la tasa global de mortalidad es casi la misma en los dos grupos (0,7% en las personas que recibieron lecanemab, 0,8% para aquellas que recibieron el placebo).
“Es el primer medicamento que ofrece una verdadera opción de tratamiento para las personas con Alzheimer”, estimó Bart De Strooper, director del Instituto británico de investigación sobre la demencia.
“Aunque los beneficios clínicos parecen algo limitados, cabe esperar que se hagan más evidentes si el fármaco se administra durante un periodo de tiempo más largo”, dijo.
Una enfermedad incurable
En la enfermedad de Alzheimer, dos proteínas clave -la tau y otra llamada beta-amiloide- se acumulan gradualmente de forma anormal en el cerebro, provocando la muerte de las células cerebrales y el encogimiento del cerebro.
Esto provoca la pérdida de memoria y una creciente incapacidad para realizar las tareas cotidianas.
Esta enfermedad es uno de los principales problemas de salud pública y afecta a decenas de millones de personas en todo el mundo.
El lecanemab apunta a los depósitos de la proteína beta amiloide, pero sólo en las primeras fases de la enfermedad, lo que puede limitar su uso, ya que el Alzheimer suele diagnosticarse tarde.
Otro fármaco contra el Alzheimer de Biogen y Eisai, bautizado Aduhelm (aducanumab), había despertado ya esperanzas en 2021. Fue el primer medicamento aprobado en Estados Unidos contra la enfermedad desde 2003.
Pero Aduhelm también provocó controversias ya que la agencia estadounidense del medicamento, la FDA, fue en contra de la opinión de un panel de expertos, que había considerado que el tratamiento no había demostrado suficientemente su eficacia en los ensayos clínicos. Posteriormente, la FDA restringió su uso.
Varios laboratorios farmacéuticos, como recientemente el gigante suizo Roche, han fracasado a la hora de encontrar un tratamiento contra el Alzheimer, que sigue siendo incurable por el momento y cuyas causas y mecanismos precisos siguen sin estar claros.
El nuevo fármaco de Eisai y Biogen tampoco cura la enfermedad y “no existe una definición aceptada de efectos clínicamente significativos en la prueba cognitiva” que utilizaron los autores del estudio, advirtió Tara Spires-Jones, subdirectora del Centre for Discovery Brain Sciences de la Universidad de Edimburgo (Escocia).
“Todavía no es seguro que la modesta reducción (en la velocidad del deterioro cognitivo) suponga una gran diferencia” para los pacientes, y “se necesitarán ensayos más largos para garantizar que los beneficios de este tratamiento superen los riesgos”, añadió la neurocientífica.
Agencia AFP