PUNTA CANA. La historia del brasier es fascinante y está llena de innovaciones que han transformado la moda femenina. Hermine Cadolle, una visionaria francesa, revolucionó la ropa interior en 1889 al dividir el corsé en dos partes, creando así el primer prototipo de brasier. Más tarde, en 1907, Paul Poiret, un diseñador parisino, comenzó a esbozar patrones que influirían en la evolución de esta prenda. Sin embargo, fue Mary Phelps Jacobs, conocida como Caresse Crosby, quien en 1914 patentó el “Backless Brassiere”, marcando un hito en la historia de la moda.
Ida Rosenthal, una inmigrante rusa, introdujo una innovación crucial al considerar tanto la talla de la espalda como el tamaño de las copas, ofreciendo así un ajuste más cómodo y personalizado para las mujeres. En los años cincuenta, el “bullet-bra” se convirtió en una tendencia icónica, con sus copas puntiagudas que realzaban la figura femenina de manera sensual.
La década de los sesenta vio al brasier convertirse en un símbolo de liberación femenina, siendo quemado en público durante protestas. Jean Paul Gaultier, en los años ochenta, rediseñó esta prenda para Madonna, llevándola del ámbito privado al escenario mundial. Durante esta década, los brasieres reaparecieron adornados con encajes y blondas, y en los noventa, la lencería alcanzó su apogeo con modelos que incluían copas especiales y rellenos para realzar la belleza femenina.
Hoy en día, el mercado ofrece una amplia variedad de diseños de brasieres, adaptados a las necesidades y preferencias de cada mujer, continuando así una tradición de innovación y estilo que ha perdurado por más de un siglo. Los tipos de brasieres actiualmente son:
Plunge
Strapless
Bralette
Bra de uso diario
