Managua, Nicaragua. El Gobierno de Nicaragua denunció este viernes la Carta de la Organización de Estados Americanos (OEA) y anunció su salida de ese organismo, después que descalificara las elecciones generales del día 7 de noviembre, en las que se impuso el presidente Daniel Ortega para un quinto mandato.
“Estamos renunciando y desvinculándonos de la Organización de Estados Americanos, dando por terminado el vínculo del Estado nicaragüense y la OEA”, señaló el ministro nicaragüense de Relaciones Exteriores, Denis Moncada, en una comparecencia de prensa desde la sede de la Cancillería, en Managua.
Moncada dijo que con instrucción del presidente Ortega envió hoy una comunicación al secretario general de la OEA, Luis Almagro, en la que denuncian la Carta de ese organismo continental, con la que, ratificó, “nos estamos desligando de la OEA».
En la carta, el canciller Moncada explicó que “conforme el artículo 67 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados”, notificó “oficialmente nuestra indeclinable decisión de denunciar la Carta de la OEA, conforme a su artículo 143, que da inicio al retiro definitivo y renuncia de Nicaragua a esta organización».
En el documento, Managua acusó a la OEA de incumplir, desconocer irresponsablemente y trasgredir su propia Carta sobre el respeto a la igualdad soberana de los Estados, la no injerencia en los asuntos internos y la no imposición de medidas unilaterales, ilegales y coercitivas.
“La OEA ha sido diseñada como un foro político diplomático que nació por influencia de Estados Unidos como instrumento de injerencia e intervención, y su actuar contra Nicaragua ha demostrado que esta organización que funciona permanentemente en Washington, tiene como misión facilitar la hegemonía de los EE.UU. con su intervencionismo sobre los países de América Latina y el Caribe”, según el texto de denuncia. Para Nicaragua, continuó Moncada, eso “es inaceptable, lo rechazamos y lo condenamos».
Recordó que su país ha expresado reiteradamente su condena y rechazo a la “actuación injerencista” de la OEA y que Nicaragua “no nos reconocemos como colonia de ninguna potencia, y reivindicamos la dignidad y el decoro nacional, en legítima defensa de nuestra independencia, soberanía y autodeterminación».
“El pueblo y Gobierno digno de Nicaragua renuncia a formar parte de esta organización cautiva en Washington, instrumentalizada en favor de intereses norteamericanos, convirtiéndose en constructora de injerencia y desacuerdos en perjuicio de los pueblos de América Latina y el Caribe”, agregó.