Ya prácticamente sin nada y sin nadie, y vuelto un ogro real, se dedicó a romper con todo lo que le quedara en pie para asumir su nueva condición. Agresivo y enjaulado mientras lanzaba zarpazos al aire, al revisar su anterior mundo feliz descubrió que solo le quedaban tú y el café, por cuanto, como el monstruo que ya era también renunció a ambas cosas.
Ante tu insistencia de intentar recuperarlo, por medio de esos hermosos chats que te caracterizan, él con sus ojos rojos y llameantes, se ocupó nuevamente de maltratarte lo más posible, para que conocieras de una vez el animal que llevaba dentro. ¡Pero!…
En la cúspide de sus dominios oscuros, mientras enfrentaba al vacío gritándole improperios, una suave voz que le interpela con un simple “Dios te ama a pesar de todo”, y desafiando sus ofensas lo sacó del hechizo…Él pensando que eras tú te quiso dar las gracias, pero al despertar recordó que le habías cerrado la llamada, que le habías desagregado de tu Facebook, que le habías sacado de tus contactos…
¡Pero alguien lo había hecho!…Una humilde fémina que acaba de conocer no se atemorizó con su fealdad abominable, porque no le aplicó su justicia sino el perdón divino, y porque ella no lo había mirado como una mujer, sino como una hija de Dios.