La industria turística cubana, considerada durante décadas el motor de su economía, atraviesa una crisis sin precedentes. Según un informe del laboratorio de ideas Cuba Siglo 21, los principales indicadores del sector muestran desplomes alarmantes.
Según publicó el medio Infobae, entre enero y octubre de 2023, solo 1,7 millones de turistas visitaron la isla, un 48% menos que en 2019, lejos de los 3,5 millones proyectados por el gobierno.
La ocupación hotelera cayó al 25%, mientras que los ingresos del sector se desplomaron un 61% en cinco años, pasando de $3.185 millones en 2019 a $1.216 millones en 2023. Mercados clave como Canadá, Europa y Estados Unidos registraron descensos significativos en el número de visitantes, siendo el turismo desde EE.UU. el más afectado, con una caída del 74%.
El informe atribuye esta crisis a varios factores estructurales y políticos, destacando el monopolio de GAESA, la grave crisis energética, el éxodo de personal calificado y el deterioro de la seguridad sanitaria. Además, las políticas exteriores del gobierno han impactado negativamente en las relaciones con mercados turísticos clave.
Para revertir esta tendencia, expertos sugieren que Cuba debe realizar reformas profundas en su estructura económica, mejorar infraestructuras básicas y recuperar la confianza de inversores y turistas.
Sin embargo, mientras otros destinos caribeños como República Dominicana crecen y captan más visitantes, la isla parece quedarse rezagada en la competencia turística regional.