Un cirujano superestrella frente a un licenciado de Harvard conocido por vestir sudaderas con capucha, o una leyenda del fútbol americano contra un pastor, son algunos de los duelos más sonados de las elecciones de medio mandato del 8 de noviembre en Estados Unidos.
Ese día los estadounidenses votarán para renovar todos los escaños de la Cámara de Representantes, más de un tercio del Senado y una treintena de gobernadores.
Es una de las elecciones más seguidas del país, ya que probablemente decida hacia donde se inclina el Senado.
En Pensilvania, un estado conocido tanto por sus grandes centros urbanos como por su industria en declive, se libra una lucha en torno a un escaño que dejó vacante un senador republicano.
El cirujano Mehmet Oz, que durante mucho tiempo dirigió un programa de televisión sobre medicina muy popular, aspira a él en las filas de los republicanos.
Cuenta con el respaldo del expresidente Donald Trump, todavía muy influyente sobre los votantes conservadores.
Frente a él, John Fetterman, conocido por medir más de dos metros, concretamente 2,05, y por no quitarse los pantalones cortos ni la sudadera con capucha aunque nieve. Hace campaña a favor de la legalización de la marihuana y el desarrollo de los sindicatos.
Graduado en Harvard, el demócrata fue alcalde durante 13 años de una ciudad que sufrió la desindustrialización. Lleva tatuadas en el brazo las fechas de los cinco asesinatos que la enlutaron.
Joe Biden y Donald Trump fueron en persona a hacer campaña por sus protegidos.
Los encuestadores estiman que la carrera es tan reñida que no se puede señalar un favorito.
Después de haber captado la atención mundial en 2020 antes de dar a Joe Biden la victoria sobre Donald Trump por 12.000 votos, Georgia vuelve a acaparar las miradas.
En este estado fronterizo con Florida, hay dos duelos que cautivan a Estados Unidos.
Una exestrella de fútbol americano, el republicano Herschel Walker, quiere el escaño en el Senado que ocupa un pastor demócrata, Raphael Warnock, el primer senador negro elegido en Georgia, un estado todavía marcado por las heridas de la segregación.
La campaña del candidato pro-Trump se ha visto salpicada por varios escándalos recientes: se acusa a Walker, conocido por sus posturas antiabortistas, de haber pagado el aborto de una de sus exparejas.
También se libra un duelo por el cargo de gobernador: el republicano Brian Kemp intenta mantener su puesto frente a la excongresista Stacey Abrams, que desde hace una década intenta movilizar a los votantes de las minorías de este estado.
También se celebra una elección muy reñida en Arizona, el estado del Gran Cañón, por el puesto de gobernador, al que aspira la experiodista Kari Lake, una figura emblemática del trumpismo.
Por ahora lleva una corta ventaja sobre la demócrata Katie Hobbs.
La candidata republicana sigue denunciando el resultado de las elecciones presidenciales de 2020, asegurando que le robaron la victoria a Donald Trump, a pesar de que las pruebas demuestran lo contrario.
En el vecino estado de Nevada se lucha por un puesto en el Congreso: el republicano Adam Laxalt tiene posibilidades de destronar a Catherine Cortez Masto.
El “Rust Belt” o “cinturón del óxido”, históricamente demócrata pero caído en manos de Donald Trump en un contexto de desindustrialización, también es escenario de intensas luchas.
En Ohio se sigue de cerca la elección del futuro senador, un cargo que hasta ahora ocupaba un republicano.
Se enfrentan el demócrata Tim Ryan y un recién llegado a la escena política estadounidense, J.D. Vance, un exmilitar autor de un libro superventas sobre la clase media blanca.
En Wisconsin, estado donde Joe Biden ganó por poco en 2020 pero que votó mayoritariamente por Donald Trump en 2016, el republicano Ron Johnson lucha por mantener su escaño frente a un demócrata apoyado por el ala izquierda de su partido, el joven Mandela Barnes.
Agencia AFP