Perú. (AFP) El sector turístico de Perú ha perdido 6,2 millones de dólares diarios por la crisis política de los últimos meses, agudizada en diciembre con la destitución del expresidente Pedro Castillo y las protestas que han seguido en enero, informó el ministro de Comercio y Turismo.
Las pérdidas que el ministerio contabilizó desde junio 2022 hasta el 22 de enero “ascienden a 25 millones de soles diarios (USD 6,2 millones), solo en el sector turismo”, afirmó el ministro Luis Fernando Helguero ante la prensa.
El ministro no especificó sin embargo si hubo un aumento en las pérdidas diarias desde el 7 de diciembre, cuando la destitución del entonces mandatario Castillo y su reemplazo por la vicepresidenta, Dina Boluarte, desataron una ola de protestas y violencia en todo el país.
Como consecuencia, cinco aeropuertos fueron cerrados en el sur del país, incluido el Alejandro Velasco Astete, de Cusco, punto de acceso al santuario inca de Machu Picchu, la gran joya del turismo peruano.
Cusco, parada obligada para subir a Machu Picchu, está desolada, con hoteles y restaurantes cerrados o con pocas horas al día abiertos, afectados por la escasez de combustibles y algunos víveres a raíz de los bloqueos de rutas a nivel nacional.
Numerosos turistas nacionales y extranjeros quedaron varados por varios días en torno a Machu Picchu. Según el ministro, hasta un 85% de los paquetes turísticos previamente vendidos fueron cancelados.
Helguero aseguró que su sector buscó dialogar con los manifestantes, pero que ningún posible interlocutor lo aceptó.
El funcionario añadió que el gobierno tiene listos varios anuncios publicitarios para promover el turismo hacia Perú, “pero no se pueden enviar al extranjero si todavía tenemos situaciones difíciles”.
Las protestas, que buscan la renuncia de Boluarte, elecciones generales inmediatas y, en algunos casos, la convocatoria a una Constituyente, dejan hasta ahora 46 civiles y un policía muertos en enfrentamientos y millonarias pérdidas en diversos sectores.
Los manifestantes, a los que el gobierno acusa de responder a consignas ideológicas radicales, atacaron o intentaron atacar los aeropuertos de Ayacucho, Juliana, Abancay, Arequipa y Cusco, todos en el sur andino, en regiones de mayoría indígena pobres y con problemas históricos de discriminación y desigualdad.