Algunas personas atraen a los mosquitos más que otras, y aunque se sabe que las diferencias en el olor de la piel son fundamentales, la base mecánica de este fenómeno es poco conocida. Un estudio determina qué es lo que atrae más a estos insectos: el olor de la piel es el principal impulsor y algunas personas emiten ciertos compuestos químicos específicos que los convierten en «imanes humanos» para los mosquitos.
¿Por qué algunos somos más atractivos para los mosquitos que otros? Está bien documentado que los mosquitos se sienten más atraídos por algunos humanos que por otros, pero los mecanismos subyacentes de este fenómeno siguen sin estar claros. La observación de que algunas personas son «imanes de mosquitos» es un tema que cautiva tanto al público en general como a la comunidad científica. Hay mucha especulación sobre los posibles mecanismos, pero solo algunos tienen una base científica.
Entender por qué los mosquitos pican más a individuos concretos es fundamental puesto que además de las molestias que crean, son vectores de enfermedades con importantes implicaciones en la salud pública. Los estudios apuntan que hay unas cuantas personas que son una especie de «imanes de mosquitos» son suficientes para que una enfermedad transmitida por estos insectos se vuelva endémica.
Para ello, conocer la química del olor de la piel humana es clave para saber qué hace que los mosquitos se sientan atraídos por determinadas personas, lo que conduce a una mayor transmisión de patógenos peligrosos como parásitos o virus que causan enfermedades de tan alto impacto tales como la fiebre amarilla, el chikungunya, el Zika o la malaria, algunas meningitis o encefalitis, `por poner solo algunos ejemplos.
Identificar estos «imanes humanos» y focalizarse en ellos contribuirá a desarrollar productos repelentes más eficaces o capaces de modificar la microbiota de la piel, además de desplegar más eficientemente acciones de salud pública encaminadas a combatir la propagación de patógenos transmitidos por estos insectos, presentes en cualquier latitud del planeta, capaces de migrar cientos de kilómetros en una sola noche y colonizar nuevos territorios en muy poco tiempo, un fenómeno amplificado con el cambio climático.
Investigadores de la Universidad Rockefeller, en Nueva York, EEUU, han realizado un estudio publicado en la revista científica Cell en el que proponen que el atractivo diferencial de humanos individuales hacia los mosquitos está asociado con la abundancia de ácidos carboxílicos de la piel. Son, concretamente, tres: ácidos pentadecanoico, heptadecanoico y nonadecanoico, según los experimentos realizados.
identificar a los imanes de los mosquitos
Los científicos concluyen que los mosquitos con amplios déficits olfativos incluso pueden distinguir entre las personas más y menos atractivas y las que más les atraen tienen niveles más altos de ácidos carboxílicos en la piel. Los experimentos que han realizado apuntan, además, que hay personas capaces de emitir un repelente natural que contrarrestaría los niveles elevados de ácidos carboxílicos y les hacen menos atractivos para que les piquen.
Los científicos hicieron experimentos con mosquitos de laboratorio mutantes para que no se sintieran atraídos por el olor humano, pero que conservasen la capacidad de diferenciar a las personas muy atractivas de las débiles. «El vínculo entre los ácidos carboxílicos elevados en el olor de la piel humana «imán de mosquitos» y los fenotipos de mutaciones genéticas en los receptores de ácido carboxílico sugiere que tales compuestos contribuyen a la atracción diferencial de los mosquitos. Comprender por qué algunos humanos son más atractivos que otros proporciona información sobre qué olores de la piel son más importantes para el mosquito y podría servir de base para desarrollar repelentes más efectivos«, concluyen.
LA PIEL HUMANA ES ÚNICA EN EL REINO ANIMAL
Los ácidos de la piel humana son asombrosamente diversos. Los humanos tienen más ácidos grasos libres en la superficie de la piel que otros animales y pueden indicar a los mosquitos que hay un humano cerca. La piel humana es única entre los mamíferos porque tiene relativamente poco pelo y numerosas glándulas sudoríparas ecrinas en la mayor parte de su superficie. Algunos animales, incluidos los humanos, producen una sustancia cerosa especializada a partir de las glándulas sebáceas llamada sebo.
En los seres humanos, el sebo es rico en triglicéridos, lo que produce una composición lipídica superficial característica que contiene aproximadamente un 25% de ácidos grasos libres. Se cree que esto tiene efectos protectores, como limitar el daño solar en ausencia de pelo protector y emulsionar el sudor ecrino, evitando su evaporación demasiado rápida para regular la temperatura corporal.
Dada la amplia gama de tipos de ácidos que se encuentran en la piel, es poco probable que dos seres humanos posean exactamente el mismo complemento de ácidos en las mismas proporciones, lo que podría dar a cada ser humano una especie de DNI o firma química única.
La sangre, la vitamina B, el ajo y la cerveza
Una explicación común al hecho de los mosquitos prefieran a unas personas frente a otras es que las diferencias en el grupo sanguíneo «explican» el atractivo, pero los datos experimentales que abordan esta creencia son contradictorios. La eficacia ampliamente citada de comer ajo o vitamina B como remedio casero para repeler mosquitos tampoco está clara.
También hay descritos factores no genéticos que contribuyen al atractivo selectivo de los mosquitos. «Una persona determinada puede volverse más atractiva para los mosquitos en contextos que incluyen el embarazo, infecciones parasitarias como la malaria y el consumo de cerveza. La explicación más ampliamente aceptada para estas diferencias es que la variación en los olores de la piel producidos por diferentes humanos, relacionada en parte con su microbiota cutánea única, determina su atractivo. Sin embargo, el mecanismo químico específico para la atracción diferencial de los mosquitos sigue sin estar clara.
El olor de la piel humana es una mezcla de muchos compuestos orgánicos y hay poca información sobre la composición del olor de la piel notablemente menos intenso que emana de los sitios del cuerpo comúnmente picados por mosquitos. Las mezclas de odorantes pueden ser más o menos eficaces según sea la composición de la mezcla y la concentración de una molécula específica, explican los autores, por lo que fórmulas comunes no tienen los mismos efectos sobre personas distintas.
«Sí se ha comprobado, por ejemplo, que la combinación química binaria de amoniaco y ácido láctico tiene una fuerte sinergia para provocar la atracción de mosquitos. Aunque los ácidos carboxílicos son neutros o repelentes cuando se presentan individualmente o combinados entre sí, potencian la atracción de mosquitos cuando se combinan con estos dos compuestos.