Estados Unidos. EE.UU. está dispuesto a negociar “rápidamente” con Rusia un nuevo marco de control de armas que sustituta al Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (también conocido como START III o Nuevo START), cuando este expire en 2026.
Así aparece recogido este lunes en una declaración del presidente Joe Biden difundida por la Casa Blanca con motivo de la apertura de la décima conferencia de los participantes del tratado de no proliferación nuclear (NPT, por sus siglas en inglés). Así lo publicó RT.
Según Biden, “la negociación requiere un socio dispuesto a operar de buena fe”, de tal forma que, en el contexto del actual conflicto en Ucrania, Moscú “debe demostrar que está preparada para reanudar los trabajos de control de armas nucleares con EE.UU.”.
Asimismo, el mandatario evoca la experiencia de la antigua URSS y de EE.UU. que, “incluso en plena Guerra Fría“, fueron capaces de trabajar juntos para garantizar la estabilidad estratégica.
Por otra parte, el jefe de la Casa Blanca enfatizó que las discusiones encaminadas a articular un nuevo sistema de control de armas nucleares deben incluir a China, que también “tiene responsabilidad como estado con armas nucleares y es miembro de los P5 [cinco países nuclearmente armados]”. En este sentido, Biden considera necesario que Pekín se involucre en un proceso negociador que “reducirá el riesgo de error de cálculo y abordará la dinámica militar desestabilizadora”.
En mayo, desde Pekin tacharon a Washington como “la mayor fuente de amenaza nuclear en el mundo“, e indicaron que las versiones difundidas por EE.UU. sobre una supuesta amenaza atómica china son especulativas y prejuiciosas.
El portavoz de la Cancillería china, Zhao Lijian, recordó en aquel entonces que Washington tiene el arsenal nuclear más grande y avanzado del mundo y que sigue “invirtiendo billones de dólares para mejorar su triada nuclear, desarrollando armas atómicas de bajo rendimiento”. Asimismo, remarcó que el país norteamericano “se ha retirado de los instrumentos legales sobre el control de armas, incluido el Tratado sobre Misiles Antibalísticos y el Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio, y se niega a ratificar el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares”.