La crisis que atraviesa Cuba por la escasez de alimentos y energía es cada vez más palpable. Ante la supuesta incapacidad del régimen de proveer la totalidad de los alimentos subvencionados, los ciudadanos ahora deben realizar largas filas para conseguir algo de comida. Asimismo, las raciones de los productos básicos, como el pan, se han visto reducidas.
Ahora el pan es más pequeño, el arroz llega a cuentagotas, y productos como el aceite o el café brillan por su ausencia.
«Hay que decir la verdad, como dura que sea: esto está mal”, dijo la cubana Linorka Montenegro, al salir de una bodega distribuidora de alimentos subsidiados en una bulliciosa calle de La Habana Vieja.
La semana pasada, un barco esperaba sin poder bajar su valiosa carga de trigo en el puerto de La Habana por falta de “financiamiento” para saldar la mercancía, manifestó a la televisión estatal el ministerio de Industria Alimentaria.
Fuente: Infobae