PUNTA CANA; Hay alimentos que son poco recomendables en grandes dosis, ya que pueden provocar un aumento de nuestra grasa corporal o provocar desequilibrios de nutrientes. Un exceso de frutos secos, por ejemplo, podría dar lugar a un aumento de peso muy rápido si se consumen más de unos 20 o 30 g al día, mientras que las conservas de pescado, que contienen gran cantidad de aceites vegetales, “aportan una gran cantidad de ácidos grasos omega 6, lo que podría producir un desequilibrio con los omega 3 si se consumen en exceso”, explica la nutricionista Paloma Quintana.
Pero hay otros alimentos que son directamente tóxicos si se toman en grandes dosis, algunos de los cuales pueden provocar incluso la muerte. En principio no hay de qué preocuparse, ya que su distribución está más que regulada y es prácticamente imposible tomarlos en exceso si no es por una intoxicación involuntaria. No obstante, si nos cruzamos con ellos, más nos vale mantenernos bien lejos.
Nuez moscada
Otro alimento de uso muy habitual en los hogares es esta especia que solemos emplear para condimentar salsas como la bechamel. Desde la Edad Media, existen testimonios sobre las propiedades alucinógenas de este alimento, un potente estimulante cerebral del que se dice también que tiene propiedades afrodisiacas. “En la década de los 60 se extendió su uso en Estados Unidos como droga recreativa, y muchos adolescentes empezaron a tomarla para conseguir efectos similares a los de la marihuana”, señala Monfulleda. “A partir de los 5-7 g, dependiendo del peso de la persona, aparecen síntomas como la agitación psicomotriz o las alucinaciones, pero a partir de los 20 g la ingesta puede llegar a ser mortal”, concluye la doctora.
No obstante, si se consume en las cantidades adecuadas la nuez moscada puede contribuir a combatir la hiperlipidemia, la hiperglucemia, el daño en el tejido cardiaco y la hepatotoxicidad, según un estudio publicado en el Journal of Proteome Research de la American Chemistry Society (ACS).
Anacardos crudos
Que no cunda el pánico. Lo que es tóxico es la cáscara verde de los anacardos crudos, no el fruto seco que adquirimos ya pelado y tostado, que podemos tomar sin riesgo alguno. Para evitar la toxicidad, la industria somete la cáscara a altas temperaturas para poder extraer el fruto sin riesgos. “Mediante este proceso se retira de forma segura cualquier rastro de urushiol, una sustancia tóxica cuyo consumo puede provocar una serie de síntomas que van desde la irritación de la piel y la inflamación a una dermatitis muy severa”, explica la médico-nutricionista Núria Monfulleda, del centro Loveyourself, en Barcelona.
Aceite de ricino
A muchos os sonará porque se utilizaba como castigo en los cómics de Zipi y Zape, y aunque el aceite no es tóxico en sí, su semilla sí lo es. Antiguamente se utilizaba como hidratante y laxante, y en la actualidad está de moda entre las celebrities por sus supuestas propiedades beneficiosas para piel y cabello. Su consumo excesivo puede dar lugar a trastornos como “diarreas, cólicos o vómitos, que pueden desembocar en una deshidratación severa si no se contrarrestan rápido los síntomas”, explica la doctora.
Patata cruda
Monfulleda asegura que el consumo de patata cruda es más habitual de lo que creemos, y que muchos crudívoros la consumen habitualmente. La experta alerta del peligro de la solanina, un glucoalcaloide que contiene este tubérculo, cuyo consumo excesivo puede causar intoxicaciones. La solanina se encuentra en la piel (sobre todo en la parte verde) y en los brotes, y una intoxicación puede dar lugar a vómitos, diarreas, náuseas o dolor abdominal, aunque en líneas generales no suele ser grave. “Es posible que hayamos experimentado estos síntomas de forma leve en alguna ocasión y que no los hayamos asociado al consumo de patatas”, explica Monfulleda, quien recomienda “evitar las patatas viejas, verdes o con muchos brotes, no consumir la piel, no reutilizar el agua de cocción de las patatas y no tomar ningún plato en que la patata tenga un sabor amargo. Ante cualquier duda, siempre es mejor prevenir”.
Yuca cruda
No es tan habitual como la patata, pero también puede intoxicarnos si la consumimos cruda. Contiene los llamados glucósidos cianogénicos, que son parte de la familia de toxinas naturales de origen vegetal llamadas cianógenos. “La yuca cruda no solo es muy indigesta, sino que estos glucósidos cianogénicos al descomponerse generan cianuro, que puede llegar a ser mortal. Hay que tener en cuenta, además, que es un tóxico que se acumula, de manera que conviene evitar su consumo y asegurarnos de tomar la yuca siempre convenientemente cocinada”, explica Monfulleda.