Es un edulcorante químico bajo en calorías que se usa como sustitutivo del azúcar. Se calcula que es unas 200 veces más dulce que el azúcar, permitiendo su uso en muy pequeñas cantidades.
Este aditivo se presenta en forma de polvo granulado de color blanco, y también está presente en multitud de productos que encontramos comúnmente en los supermercados.
La ingesta diaria aceptable de esta sustancia actualmente es de 40 miligramos por kg de peso corporal. Aun así, esta información se reevalúa constantemente por la EFSA y otros organismos de seguridad alimentaria.
Cabe señalar que los estudios no concluyen que esta sustancia suponga un peligro inmediato grave para la salud, pero que existe una relación entre su consumo masivo y potenciales efectos cancerígenos.
¿DÓNDE SE ENCUENTRA?
El aspartamo suele estar presente en aquellos productos clasificados como «light», sin azúcar, o dietéticos, y también se integra en refrescos y zumos, chicles, gelatina, helados, yogures, algunos cereales, sirope, pasta de dientes y vitaminas masticables, entre otros.
Puede ser identificado en etiquetas e información nutricional con el código E 951, donde deberá estar indicado obligatoriamente si el producto lo contiene. En cuanto a las cantidades de uso en productos, estas suelen ser reducidas y por tanto su consumo moderado no supondría un problema.
Una lata de refresco, por ejemplo, puede contener de 200 a 300mg de aspartamo.
Esto significa que según los límites europeos de ingesta diaria un adulto de 70 kilos de peso podría consumir hasta 2.800mg de aspartamo diariamente, el equivalente a una cantidad de 9 a 14 latas de refresco diarias.
Fuente: National Geographic España
