Se denomina oniomanía a la compra de forma compulsiva, unos de los grandes placeres de la sociedad moderna, a dejarse llevar por adquirir objetos desproporcionadamente, y mucho más allá de nuestras posibilidades económicas.
Esta acción resulta insostenible y para numerosas familias puede comportar un serio problema generalizado por las consecuencias que trae consigo.
Su efecto se resume como una sensación de placer y al mismo tiempo de malestar. A día de hoy, la compra compulsiva afecta entre un 1,1% – 5,9% de la población general.
La disparidad de las compras compulsivas con otro tipo de adicciones, es que resulta muy complicado identificar el problema cuando empieza, debido a que vivimos en una sociedad de alto consumo en la que todos compramos de todo, calzado, ropa, productos de belleza, ordenadores, móviles.
El problema aparece cuando el hecho de comprar deja de ser algo agradable o necesario y pasa a convertirse en una adicción, donde la persona pierde el control por completo de sus actos.
Fuente: Ipsia