El Cairo, (EFE).- Una serie de ataques del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en el desierto de Siria dejaron desde ayer viernes al menos 23 muertos entre las fuerzas leales al Gobierno de Damasco, incluido un oficial de la Guardia Revolucionaria iraní, informó el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos.
Estas últimas acciones del EI, que incluyen emboscadas y la colocación de minas, fueron llevadas a cabo en el desierto de Badía, que abarca siete provincias en el centro de Siria y que se ha convertido en la principal zona de operaciones de la organización terrorista en este país, afirmó la ONG en un comunicado.
El Observatorio, que tiene su sede en el Reino Unido pero cuenta con una amplia red de colaboradores sobre el terreno, destacó que el Estado Islámico realizó estos ataques pese a los continuos bombardeos de la aviación rusa y de las operaciones terrestres del Ejército sirio y las milicias leales al presidente Bashar al Asad en la zona.
Los últimos fallecidos, indicó, fueron tres soldados sirios que murieron al explotar una mina en el desierto al este de la ciudad de Homs mientras llevaban una cabo una acción contra la organización terrorista, en un incidente en el que también resultaron heridos dos uniformados.
Este incidente se produjo un día después de que en esa misma zona murieran siete combatientes del Ejército y de las milicias leales en un ataque sorpresa del EI, que también perdió en la acción a tres de sus miembros.
Por su parte, el oficial de la Guardia Revolucionaria iraní fue abatido, junto con un escolta, cuando el vehículo en el que viajaba entre Palmira y Deir Ezzor, también en el desierto central, fue tiroteado.
Estas acciones, dijo el Observatorio, «coinciden con una escalada de las operaciones del EI en el desierto sirio».
Pese a que el EI fue derrotado territorialmente en Siria en marzo de 2019, ha mantenido desde entonces posiciones en el desierto de Badia, que ocupa cerca de la mitad del territorio sirio y cuya orografía le permite perpetrar ataques y emboscadas contra las tropas sirias y luego esconderse en sus cuevas y valles. EFE
