Francia. (AFP). Era la cita que todos los aficionados al tenis esperaban desde que se realizó el sorteo de Roland Garros: Rafael Nadal y Novak Djokovic se encontrarán por 59ª ocasión en sus carreras, con el premio de una plaza para semifinales para el ganador de este nuevo episodio de una rivalidad histórica.
Si Djokovic logró la clasificación por la vía rápida, derrotando al argentino Diego Schwartzman (N.16) por 6-1, 6-3 y 6-3 en apenas dos horas y cuarto de encuentro, pero a Nadal le costó mucho más ante el canadiense Felix-Auger Aliassime (N.9), por 3-6, 6-3, 6-2, 3-6 y 6-3, en casi cuatro horas y media de un duelo generacional entre la joven promesa canadiense (21 años) y el mejor tenista de la historia en tierra.
“No comencé bien el partido. En el primer set no logré convertir todas las oportunidades que me creé. En el tercer set jugué mejor, pero el inicio del cuarto ha sido difícil. Él tiene un gran servicio (194 km/h de media con el primer saque) y yo no lograba devolverlo”, declaró el español tras el partido.
“Pero al final del partido sabía que tenía que hacer algo diferente siendo más agresivo y subiendo más a la red. Eso marcó la diferencia”, añadió Nadal, que sumó su 109ª victoria en 112 partidos disputados en París.
Los problemas que tuvo Nadal para superar a Auger-Aliassime contrastan con la facilidad como Djokovic derrotó a Schwartzman, uno de los tenistas más correosos del circuito y de los rivales más duros en tierra.
Preciso en el saque (73% de puntos ganados con el primer servicio), demoledor al resto (más de la mitad de los puntos ganados), Djokovic jugó un partido muy sólido ante Schwartzman, al que solo le concedió siete juegos en dos horas y cuarto en un partido en el que al ‘Peque’ le acabaron condenando los 45 errores no forzados que cometió.
“Él fue de menor a mayor, encontrando cada vez más su tenis, cometiendo pocos errores y cada vez que tuvo la oportunidad para dominar estuvo muy fino (…) Jugó muy bien cuando le di chances en el ‘score’ y yo no estaba con la chispa para salir de esos momentos”, admitió el argentino.
El balance entre Djokovic y Nadal es favorable al serbio (30-28), aunque en París domina claramente el español (7-2). No obstante, el serbio derrotó al español en las semifinales del año pasado, una edición que acabaría ganando luego ante Stefanos Tsitsipas (la otra fue en 2015).
Nadal admitió que “junto a la de 2015, sea la ocasión en la que él sea más favorito por la evolución que llevamos uno y otro en los últimos meses”, en los que el español apenas jugó tras sufrir una fisura en las costillas en Indian Wells y después el problema en el pie en Roma hace poco más de dos semanas.
Debido a esta lesión “crónica e incurable” (tal como definió Nadal al síndrome de Müller-Weiss que sufre en su pie izquierdo desde el comienzo de su carrera y que le provoca episodios de mucho dolor) y a sus casi 36 años (que cumplirá el viernes), el español ve cada vez más cerca el final de su carrera.
No obstante, sorprendió en la conferencia de prensa cuando reconoció que “podría ser mi último partido en Roland Garros” y tampoco hay que descartar que Nadal haya comenzado ya a jugar ese partido, metiendo presión a la organización para que programe el partido de día, cuando las condiciones de la pista son más favorables para el trece veces ganador en París.
“Prefiero jugar de día. Yo conozco Roland Garros de día, así lo he jugado toda mi carrera y siendo consciente de que, ojalá no sea así, si todo va mal pueda ser mi último partido aquí, con lo cual me gustaría jugarlo de día”, insistió.