Los aceites de cocina son un producto básico en la cocina. Son usados para freír, asar, saltear y hornear los alimentos; así como para preparar salsas y aderezos. Algunos aceites de cocina son una alternativa más saludable que otros, y al realizar el reemplazo se puede reducir el riesgo de enfermedades.
La Fuente de Nutrición de Harvard explica que las grasas no saturadas, que son líquidas a temperatura ambiente, se consideran grasas buenas porque pueden mejorar los niveles de colesterol en la sangre, aliviar la inflamación, estabilizar el ritmo cardíaco y desempeñar otras funciones beneficiosas.
Entre estas grasas insaturadas o grasas “buenas” se encuentran aceites vegetales como el aceite de oliva y el aceite de aguacate.
Las grasas saturadas son un tipo de grasa que, de acuerdo con la Asociación Estadounidense para el Corazón (AHA), pueden causar problemas con los niveles de colesterol, lo que puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas.
Si bien las grasas saturadas se encuentran principalmente en los alimentos de origen animal, como en la mantequilla, algunos alimentos vegetales también tienen un alto contenido de grasas saturadas, como el aceite de coco, el aceite de palma y el aceite de palmiste.
Beneficios de usar grasas “buenas”
Reemplazar los alimentos ricos en grasas saturadas con opciones más saludables puede reducir el riesgo de enfermedades del corazón, indica la AHA.
El aceite de oliva es parte de una dieta saludable de estilo mediterráneo basada en plantas. Un estudio de Harvard publicado en enero de 2022 en el Journal of the American College of Cardiology sugiere que el alto consumo de aceite de oliva, especialmente cuando el aceite de oliva reemplaza a la mantequilla, la margarina o la mayonesa, está relacionado con una vida útil más larga.
El aceite de oliva es rico en antioxidantes y grasas monoinsaturadas. El grado más alto es el “aceite de oliva virgen extra” o AOVE. El aceite de oliva “virgen” es un grado inferior con algunas impurezas.
El aceite de aguacate también es un aceite rico en grasas buenas y antioxidantes, es apto para saltear, freír o asar alimentos.
Harvard señala que comer grasas buenas en lugar de grasas saturadas también puede ayudar a prevenir la resistencia a la insulina, un precursor de la diabetes.