Brasil.- (Infobae) Una de las maestras de la guardería de la ciudad de Blumenau contó que cerró con llave una habitación en la que se encontraban unos bebés para tratar de protegerlos del asaltante que mató a cuatro niños con un arma blanca este miércoles.
Simone Aparecida, una de las profesoras de la guardería, relató a una televisión local que fue alertada por una colega y que encerró a un grupo de bebés a su cargo en el baño para evitar ser vistos por el asaltante, quien, según ella, se dirigió al patio de juegos, donde unos menores realizaban una ronda de conversación.
El suceso ocurrió sobre las 09.00 hora local (12.00 GMT) en la guardería y colegio infantil Cantinho Bom Pastor, un centro privado, en el que había 40 niños en su interior.
El agresor, del que se desconoce su identidad, saltó el muro de la escuela y comenzó a atacar a los niños de forma aleatoria con un hacha pequeña, según la versión oficial.
Las víctimas mortales son tres niños y una niña de hasta siete años de edad, según medios locales.
El asaltante, que se entregó a las autoridades tras el ataque, hirió además a al menos otros tres menores, según informó la Policía y el Cuerpo de Bomberos.
Al parecer cuando vio la reacción de las profesoras, huyó saltando de nuevo el muro por el que había entrado y se fue hasta un cuartel de la Policía Militar para entregarse. Desde entonces, se ha mantenido en silencio.
Las autoridades brasileñas han abierto una investigación para esclarecer los motivos del ataque.
La Alcaldía de Blumenau, un tranquilo municipio de cerca de 400.000 habitantes en el estado de Santa Catarina, conocido por ser un lugar donde se asentaron los inmigrantes alemanes, suspendió las clases de la red pública durante este miércoles y jueves, y recomendó lo propio a los centros privados.
El gobernador de Santa Catarina, Jorginho Mello, decretó luto oficial de tres días en la región.
Condena unánime
Las reacciones a este nuevo ataque contra una escuela llegaron desde todos los sectores políticos del país.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue uno de los primeros en pronunciarse sobre esta nueva tragedia que calificó de “monstruosidad”.