Dmitry Medvedev, vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia y ex presidente del país, advirtió este sábado que Moscú podría optar por el uso de armas nucleares en caso de que su existencia esté en peligro, subrayando que las advertencias de Rusia deben ser tomadas con seriedad.
En una entrevista con la emisora RT, Medvedev destacó que Estados Unidos y sus aliados se equivocan al asumir que Rusia nunca traspasaría esa “línea roja”. “Los altos funcionarios estadounidenses creen que los rusos nunca lo harían, pero están equivocados”, afirmó Medvedev, cuyas palabras fueron recogidas por la agencia de noticias TASS.
Según publicó Infobae, durante la entrevista, Medvedev criticó a la clase política actual de Estados Unidos y Europa, afirmando que carecen de la “visión de futuro y sutileza mental” que caracterizaba, en su opinión, al diplomático estadounidense Henry Kissinger, fallecido recientemente. Señaló que esta falta de entendimiento de la situación y de la capacidad para anticipar consecuencias es peligrosa en un contexto de creciente tensión por la guerra en Ucrania, que ya ha superado los dos años y medio desde su inicio.
Para Rusia, el conflicto en Ucrania ha alcanzado una etapa crítica, con Occidente considerando nuevas medidas de apoyo a Kiev, entre las que podría incluirse el suministro de misiles de largo alcance, capaces de golpear objetivos en territorio ruso.
En septiembre, Medvedev ya había emitido una advertencia similar, señalando que la “paciencia” de Rusia tiene un límite, y que la posible autorización de armas de largo alcance a Ucrania podría desencadenar una respuesta nuclear. «Rusia está siendo paciente. Después de todo, una respuesta nuclear es una decisión extremadamente compleja con consecuencias irreversibles (…), pero toda paciencia tiene un límite”, expresó entonces en su canal de Telegram.
La posible escalada en el conflicto se complica aún más con la supuesta intervención de Corea del Norte, que según la OTAN ha enviado tropas a regiones occidentales de Rusia en un aparente apoyo a Moscú. Esta situación añade una nueva capa de complejidad y preocupación sobre la estabilidad en Europa y el mundo, en un momento en que las relaciones entre Estados Unidos y Rusia están en su punto más bajo desde la Guerra Fría.
Pese a las múltiples advertencias de Moscú, Washington asegura que no busca una escalada, aunque admite que las relaciones bilaterales se encuentran en un estado crítico.
Con la creciente presencia militar y los riesgos de un conflicto prolongado, los líderes occidentales se enfrentan a la difícil tarea de balancear el apoyo a Ucrania con la necesidad de evitar una confrontación directa con Rusia, mientras Moscú insiste en que sus advertencias de seguridad deben ser tomadas con la mayor seriedad.
Fuente: Infobae