Washington, Estados Unidos. (AFP). Estados Unidos dijo el jueves que bajo ningún concepto invitará al gobierno venezolano de Nicolás Maduro, ni de Nicaragua, a la Cumbre de las Américas el mes que viene, a pesar de las amenazas de boicot encabezadas por México si ellos y Cuba son excluidos.
“Rotundamente no. No lo reconocemos como un gobierno soberano”, dijo Kevin O’Reilly, coordinador de la Cumbre, a un comité del Senado cuando se le preguntó sobre la participación del gobierno de Maduro en cumbre del 6 al 10 de junio en Los Ángeles.
Maduro, cuya reelección de 2018 fue ampliamente cuestionada por observadores internacionales, es considerado un gobernante ilegítimo por Washington, que reconoce al líder opositor Juan Guaidó como presidente encargado.
Sobre la eventual invitación al mandatario de Nicaragua, Daniel Ortega, también desconocido por Washington tras su reelección en noviembre con la mayoría de sus rivales presos o en el exilio, O’Reilly también fue definitivo. “No”, afirmó.
Fue menos tajante al responder preguntas sobre la posible participación del gobierno de Cuba en Los Ángeles. Dijo que la Casa Blanca estaba a cargo del tema, pero que no se había enviado ninguna invitación a La Habana “que yo sepa”.
“Esa será una decisión que deberá tomar la Casa Blanca”, señaló O’Reilly, un funcionario del Departamento de Estado.
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, anunció el miércoles que “en ningún caso” asistirá.
O’Reilly tampoco dijo si Guaidó o sus emisarios habían sido convocados a Los Ángeles.
“Estamos en conversaciones constantes con ellos sobre formas de participar o involucrarse en la cumbre”, indicó, y volvió a enfatizar que invitarlos o no “será una decisión de la Casa Blanca”.
Sin embargo, dijo que Estados Unidos ya había invitado a representantes de Cuba vinculados a las masivas protestas antigubernamentales que sacudieron a la isla en julio pasado.
“Queremos tener una amplia participación de la sociedad civil, de todos los países donde los autoritarios, donde los dictadores, buscan sofocar el debate público”, aseveró O’Reilly.
El presidente estadounidense, Joe Biden, busca que la IX Cumbre de las Américas, la primera que acogerá Estados Unidos desde la reunión hemisférica inaugural en 1994 en Miami, impulse la democracia en Latinoamérica y genere una mayor cooperación en temas de migración, una prioridad de política interna estadounidense.
Pero el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha amenazado con boicotear la cumbre si Estados Unidos no invita a todos los países, aunque dijo su canciller aún podría asistir.
Después de López Obrador, los mandatarios de Argentina, Bolivia, Honduras y el bloque de 14 naciones del Caribe también han puesto en duda su asistencia, mientras que Chile se ha sumado a los llamados de la mayor participación posible.
Marco Rubio, republicano y duro crítico de Cuba, Nicaragua y Venezuela, instó al gobierno de Biden a no ceder a las demandas mexicanas de “invitar a esta trifecta de tiranía”.
“Francamente, no creo que Estados Unidos deba ser intimidado o presionado sobre a quién invitar a una cumbre que está organizando”, sostuvo durante la audiencia.
Si López Obrador “no quiere venir, que no venga”, dijo Rubio.
“Si tenemos una cumbre en la que no invitamos a dictadores y las personas que quieren que vengan dictadores deciden boicotearla, entonces sabremos quiénes son nuestros verdaderos amigos en la región”, aseguró.
López Obrador, quien visitó Cuba recientemente, apuesta a que la región avance hacia una “unión” similar a la que dio lugar a la Unión Europea, por lo tanto según él se debe incluir a todas las naciones en las cumbres hemisféricas.
O’Reilly destacó que la administración Biden está “en constante diálogo” con México y otros gobierno de la región sobre la “estructuración y organización” de la cumbre.
“Christopher Dodd viaja actualmente por Sudamérica como asesor especial del presidente para la cumbre, y ya ha realizado consultas con Brasil, Chile, Argentina y también visitará otros países”, aseguró.