París. (EFE). La primera ministra francesa, Elisabeth Borne, ha pedido la movilización de todo su Gobierno ante la ola de calor que va a afectar progresivamente a todo el país como mínimo hasta comienzos de la semana próxima, con máximas puntualmente por encima de los 40 grados.
En un comunicado publicado este martes, el gabinete de Borne explicó que en los departamentos con alerta por canícula se va a activar el dispositivo ORSEC de gestión sanitaria para las olas de calor.
Eso supone la movilización de los servicios de todas las administraciones, los centros sanitarios y sociosanitarios, lo que incluye en particular las residencias de ancianos, las empresas en las que se trabaja al aire libre, pero también las de transporte, así como los organizadores de eventos culturales y deportivos, sobre todo cuando deben celebrarse en el exterior.
Además, se van a lanzar operaciones de comunicación para prestar atención a los colectivos más vulnerables al calor, como las personas mayores, los bebés, las personas con minusvalías, las embarazadas, los sintecho, los trabajadores más expuestos o los deportistas.
Los servicios meteorológicos tienen este martes en alerta amarilla por canícula un tercio del territorio francés, lo que incluye buena parte de la fachada atlántica pero también varios departamentos del bajo valle del Ródano.
Es precisamente en la fachada atlántica, en particular al sur de Burdeos, donde se esperan las temperaturas más altas esta tarde. Así, en la ciudad de Mont de Marsan, en las Landas, se podría llegar a los 40 grados, según Météo France.
El listón de los 30 grados se prevé que se supere en la inmensa mayoría del territorio, incluso en las costas de Bretaña y de Normandía donde eso es muy infrecuente.
Pero la situación puede empeorar de cara al fin de semana, cuando el umbral de los 40 grados se podría alcanzar en muchas ciudades del interior, como en París.
La última ola de calor que sufrió Francia fue la del pasado mes de junio. Pero entre las que más están en la memoria de todos figura la de julio de 2019 que, aunque fue breve (seis días), se distinguió por una intensidad excepcional con múltiples récords históricos.
También la de agosto de 2003, que se prolongó durante 15 días, y a la que se responsabilizó de haber causado 15.000 muertes y que causó una crisis política.
