La FIFA confirmó este miércoles las sedes para las próximas dos ediciones de la Copa del Mundo. En 2030, el torneo será organizado por España, Portugal y Marruecos, con partidos inaugurales en Uruguay, Argentina y Paraguay, para conmemorar el centenario de la competición. Por su parte, la edición de 2034 será celebrada en Arabia Saudita, única candidatura para ese año.
El llamado «Mundial del Centenario» marcará un hito histórico al realizarse en tres continentes: Sudamérica, Europa y África.
Los partidos inaugurales tendrán lugar en Montevideo, Buenos Aires y Asunción los días 8 y 9 de junio de 2030, mientras que el resto del torneo, con un total de 101 encuentros, se desarrollará en España, Portugal y Marruecos entre el 13 de junio y el 21 de julio.
España será la sede principal, con 11 de los 20 estadios propuestos, mientras que Marruecos albergará su primer Mundial tras cinco intentos fallidos, convirtiéndose en el segundo país africano en recibir este honor, después de Sudáfrica en 2010.
Sin embargo, esta decisión no ha estado exenta de controversias. La fórmula tricontinental de 2030 ha generado preocupaciones por su impacto medioambiental, los altos costos logísticos y la dificultad para los hinchas de trasladarse entre continentes.
A estas críticas se suma la polémica por la designación de Arabia Saudita como sede del Mundial 2034, un país señalado por su historial en derechos humanos, incluyendo explotación laboral de migrantes, discriminación de mujeres y personas LGBTQIA+, y represión política.
Organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch han señalado que esta decisión contradice los principios de responsabilidad y transparencia que la FIFA afirma promover. «Pone vidas en peligro y revela la vacuidad de los compromisos de la FIFA en materia de derechos humanos», denunciaron en un comunicado conjunto.
Arabia Saudita, que ha invertido masivamente en deportes para mejorar su imagen internacional, enfrenta también desafíos logísticos significativos. Actualmente, solo cuenta con dos de los 14 estadios requeridos para albergar el evento, y las altas temperaturas del verano saudita podrían obligar a modificar las fechas tradicionales del torneo. Además, el ramadán, que se celebrará en diciembre de 2034, podría afectar la programación.
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, reconoció las críticas hacia Arabia Saudita, pero defendió la decisión argumentando que los torneos de fútbol pueden ser «catalizadores de impacto positivo sobre los derechos humanos».Pese a las polémicas, la emoción no se ha hecho esperar en los países anfitriones.
«El Mundial vuelve a casa», celebró Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol, al anunciar los partidos inaugurales en Sudamérica. Por su parte, Cristiano Ronaldo expresó en redes sociales: «Un sueño hecho realidad. Portugal va a recibir el Mundial 2030 y nos llena de orgullo. ¡Unidos!».
Mientras la FIFA apuesta por la globalización y el impacto diplomático del fútbol, las voces críticas llaman a reflexionar sobre las implicaciones éticas, sociales y ambientales de sus decisiones. La celebración de estos torneos promete ser un espectáculo único, pero no sin controversias que continuarán marcando la narrativa de los próximos años.
Fuente: Agencia AFP