PUNTA CANA. El inicio de la temporada alta es motivo para el renacer de la esperanza de aumentar las ventas por parte de los vendedores ubicados en las diferentes playas turísticas del país, especialmente para los hombres y mujeres que se ganan el sustento de sus familias en la playa conocida como Jelly Fish, en el complejo turístico de Bávaro.
Debidamente organizados y en un lugar que se mantiene limpio por la acción de todos, tanto vendedores, trabajadores, lancheros, dueños de botes, catamaranes y de otras embarcaciones, mantienen una comunidad que vive del impacto directo e indirecto del turismo.
Para esta comunidad de trabajadores informales de la economía turística el inicio de la llamada temporada alta es esperanzadora debido a que durante varios meses han tenido que subsistir con una baja moderada en las ventas.
Para el señor Juan Francisco Herrera, vendedor higueyano con muchos años en este lugar, todas las instituciones que tienen que ver con el turismo en la zona están haciendo su aporte con un buen trabajo, lo que da seguridad a los turistas que visitan el área y permite que sus negocios puedan subsistir aún cuando en la temporada baja las ventas disminuyen.
Herrera valora mucho el espacio en el que trabaja razón por la cual, según expresa, todos contribuyen para que los turistas que visitan la playa Jelly Fish se sientan bien viviendo una buena experiencia en el área.