Brasilia anunció el aumento del número de policías frente a la sede de los poderes públicos para reforzar permanentemente su seguridad, al tiempo que las autoridades detuvieron a uno de los presuntos organizadores del ataque del 8 de enero en la capital.
Celina Leao, gobernadora interina del Distrito Federal, dijo que “de inmediato” aumentarán de 248 a 500 policías militares destacados en los alrededores de la llamada Explanada de los Ministerios y de las sedes de los tres poderes públicos, vandalizados por seguidores radicalizados del expresidente ultradrechista Jair Bolsonaro, una semana después de la investidura de Luiz Inácio Lula da Silva.
“Para que podamos tener el máximo de tranquilidad y una seguridad firme”, afirmó Leao en rueda de prensa junto con el presidente de la cámara, Arthur Lira, y el viceministro de Justicia, Ricardo Cappelli.
Leao asumió las riendas del despacho luego de que el gobernador Ibanéis Rocha fuese destituido temporalmente mientras se determina por qué falló la seguridad del corazón político de la capital.
La seguridad del Distrito Federal se encuentra bajo control del Ejecutivo federal por decreto presidencial desde el 8 de enero, cuando seguidores de Bolsonaro invadieron y saquearon el Palacio del Planalto, el Congreso y el Supremo Tribunal Federal.
Más de 2.000 personas han sido detenidas, de las que 1.159 continúan detenidas, por los ataques que el gobierno califica de “actos terroristas”, de acuerdo con el último balance oficial.
Más de 800 detenidos ya pasaron por audiencias preliminares, un proceso que debe terminar este lunes.
Escenas inéditas
Una semana después de los ataques, la televisora Globo divulgó imágenes inéditas de cámaras de seguridad dentro del palacio de gobierno.
En ellas se ve a un hombre vestido con una camiseta negra con el rostro de Bolsonaro arrojar al suelo y destruir un reloj Luis XIV, hecho por Balthazar Martinot, relojero del rey de Francia Luis XIV.
El hombre intenta interrumpir la energía en el tercer piso del palacio del Planalto, y al percibir la cámara de seguridad, arremete tres veces contra ella con un extintor.
El procurador general de la República, Augusto Aras, informó que presentarán 40 nuevas denuncias hasta este viernes contra presos que “depredaron e invadieron” las sedes de los tres poderes.
“Nuestra preocupación es que esos hechos no se repitan jamás”, dijo Aras.
Las autoridades quieren determinar quién financió y ordenó el asalto, y aprietan el cerco en el entorno de Bolsonaro.
El exmandatario, en Estados Unidos desde antes de terminar su período, niega conexión con el asalto pero está siendo investigado por su posible instigación al ataque.
La policía federal informó que lanzó una operación este lunes en Río de Janeiro para detener a tres sospechosos de financiar y organizar los eventos vandálicos, el bloqueo de carreteras y manifestaciones antidemocráticas frente a instalaciones militares.
Los efectivos detuvieron a un hombre mientras que otros dos seguían prófugos.
Durante la operación, la policía aprehendió además teléfonos, computadoras y documentos.
“Profesionales”
Cappelli, designado como interventor para la seguridad de Brasilia por el Ejecutivo, dijo este lunes que las investigaciones buscan determinar si hubo “profesionales” entre los invasores a las sedes de los tres poderes.
“Había hombres en campo con conocimiento del terreno, tácticas de combate y características profesionales entre medio de los manifestantes”, dijo el interventor citando a un sargento herido en la revuelta.
Cappelli señaló que 44 policías militares fueron heridos mientras defendían las instalaciones saqueadas, en donde mobiliario y obras de arte invaluables fueron arruinadas e incluso robadas durante la violenta invasión.
Agencia AFP