El huracán Milton tocó tierra en la costa del Golfo de Florida como una tormenta de categoría 3, con vientos máximos sostenidos de 205 km/h que generaron una marejada ciclónica mortal y graves inundaciones.
Las ciudades más afectadas fueron Tampa, San Petersburgo, Sarasota y Fort Myers, donde se registraron cortes de electricidad que dejaron sin servicio a 3 millones de residentes. A medida que la tormenta avanzó hacia el interior del estado durante la madrugada del jueves, se debilitó a categoría 1, lo que alivió parcialmente la intensidad de sus efectos en otras zonas.
En Miami Beach, el impacto de Milton fue limitado, con la ciudad amaneciendo con una temperatura agradable de 26 grados y cielos parcialmente nublados. A diferencia de otras tormentas anteriores, como el huracán Irma, en esta ocasión no fue necesario retirar el mobiliario de las playas, lo que refleja que las previsiones de fuertes ráfagas en esta zona no se materializaron.
La arena en las playas se muestra alisada por el viento, mientras que sombrillas y reposeras permanecen en su lugar, sin mayores daños visibles.A medida que avanza la mañana, la actividad en Miami Beach empieza a normalizarse rápidamente.
Los restaurantes en la Ocean Drive vuelven a instalar sus mesas y sillas en las aceras, y los comercios en la Española Way y la popular peatonal Lincoln Road retoman sus operaciones habituales. Los turistas y residentes han comenzado a salir a pasear, tomando fotografías del paisaje post-tormenta y disfrutando del clima.
Mientras tanto, las autoridades en el oeste de Florida continúan evaluando los daños significativos en infraestructuras y viviendas causados por las inundaciones y los fuertes vientos.
Las labores de restauración del servicio eléctrico y de asistencia a las zonas más afectadas están en marcha, con equipos de emergencia trabajando para devolver la normalidad a las comunidades golpeadas por Milton.
