Reuters. – Reino Unido se convirtió el miércoles en el primer país del mundo en aprobar la vacuna contra el coronavirus desarrollada por la Universidad de Oxford y AstraZeneca, con la esperanza de que la medida ayude a contener la ola de contagios provocada por una nueva variante altamente contagiosa.FOTO DE ARCHIVO: El primer ministro británico Boris Johnson posa para una fotografía con un vial de la vacuna para el COVID-19 de la Universidad de Oxford y AstraZeneca, en una fábrica en Wrexham, Gales. 30 de noviembre de 2020.
El Gobierno del primer ministro Boris Johnson, que ha encargado 100 millones de dosis de la vacuna, ya había acelerado la aprobación de una de Pfizer y la alemana BioNTech, y administró cientos de miles de inyecciones semanas antes que los países de la Unión Europea y Estados Unidos.
Aunque más barata y fácil de distribuir que las vacunas rivales, la de AstraZeneca/Oxford ha estado plagada de interrogantes sobre la dosis más eficaz desde que datos publicados el mes pasado mostraron algunos resultados sorprendentes.
Si bien otros organismos de supervisión han adoptado un enfoque más cauto, la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA, por su sigla en inglés) se esmeró en decir que había resuelto sus dudas y que había encontrado una tasa de éxito del 80% en la aplicación de dos dosis completas, con tres meses de diferencia, superior a la media que los propios fabricantes han hallado.
El gobierno británico planea aprovecharse de ello para dar la primera dosis a más personas con mayor riesgo de contraer COVID-19 antes de empezar a administrar los potenciadores.
Un organismo asesor recomendó hacer lo mismo con la vacuna de Pfizer, pero la empresa dijo que no había sido probada en diferentes calendarios de dosificación.
Jeremy Farrar, uno de los principales expertos en salud pública de Gran Bretaña, dijo que la aprobación de la vacuna de AstraZeneca/Oxford iba a ser celebrada, pero instó a continuar el escrutinio, recomendando a los desarrolladores realizar una prueba aleatoria sobre el momento de la segunda dosis.
Jonathan Stoye, virólogo del Instituto Francis Crick, estuvo de acuerdo en que siguen existiendo dudas sobre la eficacia real de la vacuna, sobre su funcionamiento en personas mayores y los datos que existen para apoyar el cambio en el intervalo de dosis.
“A la luz del brusco aumento del número de casos, la aprobación (…) es una noticia fantástica”, dijo. “Sin embargo, las noticias reportadas dejan sin respuesta algunas preguntas importantes, particularmente respecto del largo plazo”.