Rusia. (AFP) Una incursión en Rusia de combatientes ucranianos reportada por las autoridades en una región cercana a la frontera con Ucrania fue un “ataque terrorista”, aseguró el jueves el Kremlin.
“Estamos hablando de un ataque terrorista”, declaró a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
El presidente ruso, Vladimir Putin, anuló un viaje previsto en el Cáucaso ruso y está “constantemente” informado de la situación, añadió.
Sin embargo, el mandatario no tiene previsto convocar urgentemente su consejo de seguridad nacional, que debe reunirse el viernes, puntualizó Peskov.
Los servicios de seguridad rusos (FSB) y las autoridades locales de Briansk informaron que este jueves se estaban llevando a cabo operaciones para “eliminar” a un grupo de “saboteadores” ucranianos infiltrado en esta región, situada a unos 400 km al suroeste de Moscú.
El gobernador regional, Alexander Bogomaz, dijo que “un grupo de reconocimiento y de sabotaje se infiltró en la localidad de Lyubechane desde Ucrania”.
“Las fuerzas armadas de la Federación Rusa están tomando todas las medidas necesarias para eliminar a este grupo”, agregó.
Según él, “los saboteadores abrieron fuego contra un vehículo en movimiento”.
El grupo ucraniano habría tomado rehenes, según las agencias de prensa rusas Ria Novosti, TASS e Interfax, que citaron a testigos y fuentes de los servicios de seguridad y de rescate.
La AFP no pudo verificar estas informaciones de forma independiente.
Por su parte, la presidencia ucraniana denunció estas informaciones como una “provocación deliberada” de Rusia que busca “asustar a su población para justificar” su ofensiva contra Ucrania, en palabras de Mijailo Podoliak, consejero de la presidencia.
Según el responsable, el incidente podría estar relacionado con una acción de “milicianos” rusos, que operan con métodos de guerrilla.
Las regiones rusas fronterizas con Ucrania han sufrido varios bombardeos desde el inicio del conflicto, pero es poco común que las autoridades informen de un grupo de sabotaje.