PUNTA CANA. En medio de la desesperación que genera en un nacional haitiano que es apresado por agentes de la Dirección Nacional de Migración o por cualquier otra institución encargada de retener a los ilegales del vecino país, una compatriota de estos, está ahí en el cuartel de Verón Punta Cana para expresar su solidaridad repartiendo agua y galletitas.
En medio del sol candente, y con la esperanza de que, con su trabajo, sus compatriotas puedan al menos tener algo de comer y beber en el largo trayecto hacia el vacacional de Haina donde serán depurados, despachados o deportados, la señora Ethiene desafía todo complejo y entrega el donativo a sus connacionales.
Ethiene dijo que los haitianos tienen que buscar la forma de arreglar su país para garantizar que los hijos de la vecina nación tengan que salir de sus pueblos para ir a trabajar a otro lugar.
«Aquí se está cumpliendo con el trabajo, Migración está haciendo lo que le corresponde con su país, y nosotros tenemos que arreglar nuestro país para que su gente no tenga que venir a trabajar aquí».
Los recursos para hacer los donativos a los ilegales haitianos a ser deportados son aportados por el Comité de Protección de Villa Playwoot, o Villa Esperanza como ahora es conocido ese lugar.