El Ministerio de Trabajo presentará este lunes un plan piloto que tiene como objetivo reducir la semana laboral en el país.
La entidad anunció un plan piloto (voluntario) para implementar una jornada semanal reducida a 4 días por semana con igual remuneración. Esta iniciativa va en consonancia con los tiempos presentes.
El lanzamiento tendrá lugar en el Centro Cultural del Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel) a las 9:30 de la mañana.
¿En que consiste la reducción de la jornada laboral?
La reducción de la jornada laboral, como su nombre lo indica, consiste en la disminución de la cantidad de horas trabajadas en un día. Lo más normal es que alguien la solicite cuando debe hacerse cargo de familiares, ya sean niños o adultos que no pueden valerse por sí mismos por diferentes circunstancias.
Conozco algunos países que ya han implementado la jornada laboral reducida
España
En España, la jornada reducida es un derecho contemplado en el artículo 37.5 del Estatuto de los Trabajadores, y alcanza tanto al empleado como al empleador; es decir, cualquiera de las dos partes tiene derecho a solicitarla. Según este Estatuto, la reducción de jornada es “la disminución temporal de entre un 10% y un 70% de la jornada de trabajo computada sobre la base de una jornada diaria, semanal, mensual o anual”.
Francia
Francia es uno de los países más conocidos por haber adoptado una jornada laboral reducida. Desde 1999, ha implementado una jornada laboral de 35 horas semanales por ley. Aunque las expectativas iniciales eran altas, con la esperanza de crear dos millones de nuevos empleos, la realidad mostró que se crearon 350.000 empleos más con la reducción de la jornada laboral.
Islandia
Islandia llevó a cabo un «experimento» entre 2015 y 2019, donde redujo la jornada laboral de sus trabajadores a 35 horas manteniendo los salarios. Este experimento ha sido un referente para otros países que buscan implementar una jornada laboral reducida.
Bélgica
Bélgica es otro país europeo que ha adoptado una jornada laboral reducida. En 2003, Bélgica redujo su jornada laboral a 38 horas semanales. Este cambio ha permitido a los trabajadores tener más tiempo para dedicarse a sus actividades personales sin afectar su salario.