Un equipo internacional de científicos, compuesto por investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires en Argentina, junto con colegas de la Universidad de Oxford en el Reino Unido, ha identificado un nuevo biomarcador que podría revolucionar el diagnóstico y tratamiento de las neoplasias mieloproliferativas, un grupo de trastornos de la médula ósea caracterizados por la producción excesiva de células sanguíneas.
Según publicó el medio Infobae, las neoplasias mieloproliferativas afectan a dos personas por cada 100,000 habitantes cada año y pueden evolucionar a enfermedades más graves como la leucemia.
En su investigación, publicada en la revista Science Translational Medicine, los científicos identificaron que los pacientes con mielofibrosis presentan niveles elevados de galectina-1, una proteína que desempeña un papel crucial en la regulación del sistema inmune. Estos niveles fueron significativamente mayores en comparación con los de personas sanas.
El doctor Gabriel Rabinovich, coautor del estudio y miembro del Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME) del Conicet, explicó que la colaboración con el equipo de Bethan Psaila y Adam Mead, de la Universidad de Oxford, surgió tras identificar mutaciones genéticas adquiridas en personas con neoplasias mieloproliferativas, como la mielofibrosis.
El grupo argentino, que ha investigado los roles de la galectina-1 desde 1994 y ha desarrollado estrategias terapéuticas para otros tipos de cánceres y enfermedades autoinmunes, se unió a sus colegas británicos para investigar más a fondo esta proteína.
En conjunto, los investigadores crearon un mapa detallado que muestra cómo las células en la médula ósea de los pacientes con mielofibrosis se comunican entre sí y con el entorno circundante. Este hallazgo no solo refuerza el valor de la galectina-1 como biomarcador, sino que también abre la posibilidad de desarrollar un anticuerpo monoclonal como tratamiento potencial.
El próximo paso para el equipo será llevar a cabo ensayos clínicos en humanos para evaluar la eficacia y seguridad de esta intervención terapéutica. Los resultados de estos ensayos serán fundamentales para validar el uso de galectina-1 y el anticuerpo monoclonal en el tratamiento de estas enfermedades, lo que podría significar una nueva esperanza para miles de pacientes que sufren de neoplasias mieloproliferativas en todo el mundo.
Fuente: Infobae