PUNTA CANA. Un trastorno hereditario de inmunodeficiencia aumenta la susceptibilidad del cuerpo a infecciones causadas por hongos y bacterias, así como a la formación de granulomas. Los síntomas suelen manifestarse en la infancia o la primera infancia, aunque en casos leves pueden aparecer al final de la adolescencia o al inicio de la edad adulta.
Los síntomas de los trastornos hereditarios incluyen infecciones frecuentes en los pulmones (como neumonía), la piel (impétigo, celulitis) y otros órganos, ganglios linfáticos inflamados, y áreas inflamadas llamadas granulomas, que son comunes en el tracto gastrointestinal y el sistema genitourinario. Además, pueden producirse abscesos en la piel y otros tejidos y órganos.
Las causas más comunes de este trastorno son mutaciones en genes que codifican una enzima crucial para el sistema inmunitario. Se caracteriza por una disfunción de los fagocitos (un tipo de glóbulo blanco) y su capacidad para combatir infecciones. Dependiendo de qué genes estén afectados, la herencia puede ser ligada al cromosoma X o autosómica recesiva.