El presidente dominicano se dirigió al país. Algunos criticaron el discurso, mientras otros lo alabaron. Ese fue el último discurso a la nación antes de entregar el poder el próximo 16 de agosto. En esa alocución de 20 minutos pronunció varias veces la palabra responsabilidad, como si quisiera hacer notar que pase lo que pase en las elecciones aceptará los resultados.
Otra señal que pareció bastante clara es la de que tiene la convicción de que habrá un gobierno distinto al suyo, ya que al mencionar “el próximo gobierno” y “las nuevas autoridades”, la inflexión de la voz y el lenguaje corporal, parecieron expresar que se estaba refiriendo a la oposición.
Se vio a un presidente muy calmado y muy decidido a respetar los resultados de la consulta electoral. Un compromiso tácito que trae esperanza. Pues, nunca como ahora habíamos tenido un proceso electoral con tantas nubes negras pendiendo como espada de Damocles sobre nuestra democracia.