De realizar hasta cuatro vueltas por día, las excursiones en playas como Jellyfisch y Bibijagua, duran ahora meses sin ver mar adentro producto de la crisis sanitaria global. Una de las personas afectadas por la situación es Francisco Morales, encargado de excursiones de pesca de altura.
La dinámica consiste en pescar por diversión, es decir, que los turistas, quienes en su mayoría son los que mayormente asisten a estas excursiones, lo hacen solamente para aprender de la pesca. Solo en el caso de que la persona esté interesada en un pez, pues lo compra.
“El fuerte de nosotros son los turistas, porque normalmente vienen al país a los hoteles y salían de allí para hacer las excursiones, sin embargo ahora pasan semanas sin ver a uno de ellos por aquí”, manifestó Morales.
Esta excursión se hacía alrededor de cuatro veces a la semana con siete u ocho personas con una duración de cuatro horas, mientras que ahora tienen meses según explicó Morales.
Además dijo que “ahora con la pandemia he salido una sola vez y fue con dos personas. Ahora estamos cobrando mucho menos, estamos dando las vueltas prácticamente para calentar las embarcaciones porque si no se hace así pueden dañarse”.
De su lado, Eduardo García González también se dedica a trabajar con Glass Bottom. Estas excursiones duran aproximadamente dos horas. Antes de iniciar la pandemia se hacían dos veces al día, con 10, 12 y hasta 15 personas.
Sin embargo, Eduardo expresó que actualmente tiene casi 20 días que no recibe clientes. De igual modo, luego del inicio de la pandemia, cuando ocasionalmente ha salido, dijo que lo ha hecho con dos, tres y cuatro personas. Indica que ha logrado subsistir gracias a la ayuda de Gobierno.
Rolando Cuevas Romero, es otra persona afectada, encargado de unos yates de excursiones, quien narró “la pandemia en realidad nos ha afectado bastante, aunque hemos salido un poco a flote, aun cuando la situación no está buena”. Dijo que hace alrededor de cuatro excursiones por dos y tres horas.
Agregó que por el momento los clientes que recibe son en su mayoría dominicanos, a pesar de que entran extranjeros de diferentes países a esta media isla. Finalmente, explicó que antes de la pandemia recibían alrededor de 1,000 clientes semanales y ahora de 40 a 50 personas.