Punta Cana. François Carrard, exdirector general del Comité Olímpico Internacional (COI) y pionero en temas de gobernanza deportiva, murió a los 83 años.
El abogado suizo fue director general del COI durante 14 años hasta 2003, después de lo cual siguió desempeñando un papel en la ética y la gobernanza del deporte.
Esto incluyó liderar el grupo de trabajo que redactó las reformas de la FIFA luego del escándalo de corrupción generalizado que sacudió al organismo rector del fútbol mundial en 2015.
Carrard también fue una figura importante en la formación de la Agencia Mundial Antidopaje.
La muerte de Carrard fue anunciada por la Asociación Internacional de Prensa Deportiva (AIPS), de la cual Carrard era miembro de la Comisión de Ética de la organización.
“No alcanzan las palabras para recordarlo, tendremos que hacerlo con hechos porque seguirá siendo uno de los nuestros”, escribió el presidente de la AIPS, Gianni Merlo.
El mandato de Carrard en el COI comenzó en 1979 con su nombramiento como asesor legal.
El suizo se convirtió en director general una década después, presidiendo tanto el escándalo de soborno relacionado con la concesión de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022 a Salt Lake City como la limpieza de la gobernanza olímpica que siguió.
Carrard ha asesorado a varias Federaciones Internacionales desde que dejó el COI, incluida la Federación Internacional de Natación (FINA), la FIFA y la Asociación Internacional de Boxeo.
Apenas el año pasado, Carrard compartió el Comité de Reforma de la FINA que recomendó cambios radicales en la gobernanza que se adoptaron en un Congreso General Extraordinario en diciembre.
También fue miembro de la Fundación de Ética de la Gimnasia, creada por la Federación Internacional de Gimnasia en 2019 en respuesta al escándalo de Larry Nassar y otras controversias de salvaguardia dentro del deporte, hasta su muerte.
Tras el escándalo de corrupción que envolvió a la FIFA y derrocó a su presidente Sepp Blatter, así como a muchos otros funcionarios destacados, Carrard fue designado para presidir el Comité de Reforma de la FIFA 2016.
Sus recomendaciones, que luego se adoptaron, incluían limitar el cargo de presidente de la FIFA a cuatro períodos de tres años, establecer un Consejo de la FIFA de 36 miembros para reemplazar al Comité Ejecutivo gobernante, establecer niveles mínimos para la representación de mujeres en el Consejo, reducir el número de los Comités Permanentes, asegurando que sus miembros se sometan a controles de integridad y aumentando la transparencia en general.
