Hoy, 24 de septiembre, es un día de gran relevancia espiritual para la República Dominicana, ya que se celebra a La Virgen de la Merced o Nuestra Señora de las Mercedes, patrona del país desde 1844. Esta advocación mariana, considerada una de las más antiguas del cristianismo, es también vista como la madre espiritual de los dominicanos que profesan la fe católica. Su historia y tradición están profundamente arraigadas en la cultura y la religiosidad popular del país.
El centro de esta devoción es el Santo Cerro, ubicado en la provincia de La Vega, donde se erige el primer santuario mariano de América en honor a La Virgen de las Mercedes. Según los relatos históricos, este templo fue construido por órdenes de Cristóbal Colón tras la supuesta aparición milagrosa de la Virgen en medio de las tensiones entre los habitantes indígenas y los colonizadores de Quisqueya.
Desde entonces, cada 24 de septiembre, la veneración a Nuestra Señora de las Mercedes se ha consolidado como una de las festividades religiosas más importantes en la República Dominicana. Miles de devotos, tanto nacionales como internacionales, acuden en peregrinación al Santo Cerro para rendirle homenaje. Esta manifestación de fe incluye procesiones, misas, y la presentación de exvotos y promesas como ofrenda, especialmente solicitando favores relacionados con la salud y la protección de los seres queridos.
Para muchos, esta peregrinación no solo es un acto de devoción personal, sino también una expresión de gratitud hacia la Virgen por los milagros que le atribuyen.
El nombre «Merced» proviene del latín y significa perdón, compasión y misericordia, cualidades que definen la misión que, según la tradición, le fue otorgada a la Virgen. Su principal tarea era tener misericordia de los cristianos cautivos, lo que le otorgó el título de patrona de las cárceles e instituciones penitenciarias.
A lo largo de los años, esta devoción ha traspasado fronteras, extendiéndose a diversas regiones del mundo. En la República Dominicana, además de La Vega, la Virgen es venerada en localidades como Cabrera, Constanza, Hato Mayor, Imbert, Pimentel y Sabana Grande de Palenque. Internacionalmente, su culto ha llegado a países como España, Italia, Perú y Venezuela, entre otros.
El origen de esta advocación se remonta al 1 de agosto de 1218, cuando la Virgen María, bajo la invocación de Nuestra Señora de las Mercedes, se le apareció, por separado, a tres figuras clave en la historia del cristianismo: San Pedro Nolasco, fundador de la Orden de la Merced; el Rey Jaime I de Aragón, conocido como «el Conquistador»; y San Raimundo de Peñafort, maestro general de la Orden de Predicadores.
En estas apariciones, la Virgen les encomendó la misión de liberar a los cristianos que estaban cautivos bajo el dominio musulmán. Este llamado espiritual dio lugar a la creación de la Orden de los Mercedarios, una congregación religiosa dedicada a la redención de cautivos.
Hoy en día, el Día de la Virgen de las Mercedes no solo es un evento religioso, sino también un símbolo de identidad nacional en la República Dominicana. Cada año, miles de fieles reafirman su devoción a través de esta celebración, conectando generaciones de creyentes con una tradición que sigue viva y relevante en el corazón de los dominicanos.