La Batalla del 19 de Marzo o Batalla de Azua fue la primera gran batalla en defensa de la independencia dominicana y se libró el 19 de marzo de 1844, en Azua.
La justa heroica se dio a menos de un mes luego de haberse proclamado la independencia nacional el 27 de febrero de ese mismo año.
Antecedentes
Luego de que el grupo de patriotas guiados por los ideales de Juan Pablo Duarte se revelara contra el yugo haitiano que reprimió a los dominicanos desde 1822 hasta 1844, el país se mantuvo en constante lucha para mantener su independencia fuera de las garras de los invasores que buscaban reconquistar la parte oriental de la isla.
El primer intento del pueblo haitiano en recobrar el territorio que ocuparon por 22 años se registró a 20 días posterior a la revuelta que inició con el trabucazo del Padre de la Paria Ramón Matías Mella en la Puerta de la Misericordia.
En ese momento el país se encontraba gobernado por la Junta Gubernativa Provisional, presidida por Tomás Bobadilla y constituida por Francisco del Rosario Sánchez, quien se desempeñaba como vocal durante el periodo conocido como La Primera República.
Bajo estas circunstancias la tropas haitianas comandadas por Charles Herrard aprovecharon para penetrar por la parte sur del país con la intención de ocupar nuevamente la parte este de la isla.
La Batalla
La batalla se efectuó el 19 de marzo de 1844 en la provincia Azua, ubicada al sur del país. Allí los soldados haitianos que habían penetrado por San Juan de la Maguana se enfrentaron al ejército dominicano comandado por los generales Antonio Duvergé y Pedro Santana.
El conflicto bélico que este día cumple su 179 aniversario habría iniciado cerca del mediodía del martes 19 duró aproximadamente tres de intensa lucha.
Los decesos haitianos fueron cuantiosos, se especula que más de 200 soldados rivales perdieron la vida mientras que las bajas dominicanas fueron mínimas.
Este primer combate post guerra independentista fue dominado por las fuerzas armadas dominicanas conformada por 2,500 soldados provenientes del Sur y el Este ante un robusto cuerpo militar integrado por más de 8,000 miembros.
La clave de la victoria de los criollos estuvo en la estrategia bélica implementada por los generales Santana y Antonio Duvergé, quien por su destacada labor en la vigilancia de la zona sur le fue otorgado el seudónimo de “El Centinela de la Frontera”.
