Santo Domingo. Como Daniel Inirio, José Miguel Michel y José Alberto Rosario se identificaron a los cabecillas de la red de trata de extranjeras Cattleya, desmantelada el jueves por autoridades dominicanas. Los dos primeros operaban en Bávaro, mientras que el tercero junto a su novia, una mujer de nacionalidad colombiana, operaba en Distrito Nacional.
Los cabecillas de la red Cattleya crearon una organización criminal trasnacional. Principalmente dedicada a captar mujeres de entre 18 y 23 años de edad en diferentes países, específicamente desde Colombia y Venezuela. Su mayor actividad era la comisión del ilícito de trata de personas bajo la modalidad de explotación sexual comercial.
Las jóvenes eran retenidas en el hotel Caribe, del Distrito Nacional. Asimismo, en el Residencial Coco Real, en Bávaro.
Según el Ministerio Público, las redes criminales movilizaban a las jóvenes mujeres con la promesa de un trabajo bien remunerado en República Dominicana. Sin embargo, las explotaban sexualmente.
En la zona de Bávaro ofertaban los servicios sexuales de las víctimas a un costo de 100 a 150 dólares por una hora y hasta 400 dólares por noche.
Las autoridades aseguraron que una vez traídas al país, las víctimas eran obligadas a admitir que tenían una deuda contraída de entre US$3,000 y US$4,000 con las redes que las movilizaban. Les obligaban a consumir sustancias controladas. Y las sometían a tratos vejatorios e infrahumanos. No les permitían ninguna libertad propia de cualquier ser humano. Varias de ellas terminaron escapándose.
Junto a los cabecillas de la red, los fiscales presentan cargos criminales contra 10 imputados venezolanos, colombianos y dominicanos.