Santo Domingo. El caso de la arquitecta Leslie Rosado se suma a otros en el, que por «error», varios ciudadanos han muerto nada y nada menos por quienes se suponen están para velar por la seguridad de los dominicanos.
Con la muerte de la arquitecta Leslie Rosado este sábado a manos de un agente de la Policía Nacional tras un confuso incidente, ciudadanos volvieron a cuestionar la respuesta de la uniformada ante este tipo de hechos en los que han perdido la vida hombres y mujeres inocentes.
El informe presentado por la Policía Nacional relata que alrededor de las 7:30 de la noche del sábado, la arquitecta Leslie Rosario, impactó por atrás con su vehículo (una yipeta marca Mercedes Benz, color blanco) a la motocicleta en la que se desplazaba el cabo de la uniformada, Janli Disla Batista, de 30 años, junto a su familia. El hecho ocurrió en el municipio Boca Chica.
En agosto, el abogado Raymeni Alexis Castillo (Ray Castillo) murió durante un forcejo con un agente de la Policía Nacional en medio de una discusión pasadas la 1:00 de la madrugada, cuando el fallecido iba en un vehículo junto a tres personas y cuando los agentes se disponían a detenerlos, “les tiró el carro encima”, dijo el coronel José Antigua, comandante de la Policía en Ocoa.
A principios de este 2021, específicamente en marzo, la sociedad dominicana se conmocionó al enterarse de la muerte de una joven pareja de esposos (pastores evangélicos) en Villa Altagracia que fueron acribillados a tiros por agentes de la Policía Nacional. La uniformada respondió a la situación diciendo que la unidad responsable de la muerte de los esposos «Confundió» su vehículo con otro en el que se transportaban unos delincuentes que previo al hecho habían robado una «Pasola» y se habían dado a la fuga por lo que daban seguimiento.
De acuerdo a la versión del pastor Tito Isabel, del Concilio Esperando a Cristo, junto con la pareja asesinada, iba otra persona que salió con vida, la cual afirma que los agentes policiales detuvieron varios vehículos previo a ser impactados por disparos de bala, sin que los uniformados confirmaran quiénes iban en dicho automóvil donde murieron los pastores evangélicos, los cuales regresaban de una campaña evangelística.