Washington, (EFE).- Estados Unidos moderó este viernes el impacto de algunas de sus sanciones al programa atómico de Irán, con el objetivo de impulsar las negociaciones sobre el acuerdo nuclear de 2015, que se encuentran en un punto decisivo.
Un alto funcionario del Departamento de Estado informó a Efe de la decisión de «restaurar una exención de sanciones» que permite «la participación de terceras partes en proyectos de seguridad y no proliferación en Irán».
En concreto, esas excepciones a las sanciones estadounidenses permitirán a otros países y a compañías extranjeras trabajar en proyectos civiles en el reactor de agua pesada de Arak, el reactor de investigación de Teherán y la planta nuclear de Bushehr.
«Sin esta exención de sanciones, no puede haber conversaciones técnicas detalladas con terceras partes sobre la disposición de reservas y otras actividades valiosas de no proliferación», aseguró el funcionario, que pidió el anonimato.
La fuente recalcó que el Gobierno del expresidente estadounidense Donald Trump (2017-2021) «proporcionó excepciones similares durante años», incluso después de retirar a Estados Unidos del acuerdo nuclear multilateral en 2018.
No fue hasta mayo de 2020 que Trump eliminó esas excepciones a sus sanciones, y al restaurar ahora ese alivio, Washington simplemente está «volviendo al estatu quo», argumentó la fuente.
«Esto no es una concesión a Irán», insistió el funcionario, quien recalcó que tampoco forma parte de un «quid pro quo» por el que haya extraído algún compromiso de Teherán.
Tampoco es «una señal de que esté a punto de alcanzarse» un acuerdo en las negociaciones para salvar el acuerdo nuclear de 2015, agregó.
Esas conversaciones, que están en su octava ronda, implican a Alemania, Francia, Reino Unido, Rusia, China e Irán, los países que permanecen en el pacto nuclear, conocido formalmente por sus siglas en inglés Jcpoa.