PUNTA CANA. Hoy, 24 de abril del 2024, los dominicanos conmemoramos dos episodios de nuestra historia en los que nuestro pueblo dio muestras de resistencia ante el poder dominante de las élites y frente a la ingerencia extranjera. Estos hechos fueron:
La Revolución de Abril de 1965. El pueblo en armas. Fue un movimiento cívico-militar que dejó una huella imborrable en la historia de la República Dominicana. Caracterizada por la participación activa, militante y armada de las masas populares, su objetivo era restaurar el gobierno legítimo y constitucional de Juan Bosch.
En este episodio crucial, se forjó una alianza entre sectores de la burguesía urbana y amplios grupos de trabajadores y obreros. Aunque esencialmente fue una revolución democrática, no tenía como objetivo establecer un régimen socialista o comunista, a pesar de las maliciosas acusaciones de los norteamericanos. El control político estaba en manos del Partido Revolucionario Dominicano, a pesar de la presencia de partidos de izquierda como el 14 de Junio, el P.C.D. y el M.P.D..
En términos militares, el liderazgo recaía principalmente en oficiales y militares, encabezados por el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, quien en ese momento no era comunista ni afín a ninguna ideología similar.
La revolución tuvo un fuerte arraigo popular, concentrándose principalmente en la ciudad de Santo Domingo. Aunque no se extendió a los pueblos del interior del país, muchos revolucionarios y simpatizantes del gobierno de Bosch llegaron desde otras regiones para unirse a los eventos.
Esta concentración geográfica llevó a que los conspiradores, tanto balagueristas-trujillistas como los del Partido Revolucionario Dominicano, no consideraran una revolución popular a nivel nacional. En cambio, se percibía como un simple golpe de estado.
Las contradicciones en la forma de sustituir al derrocado gobierno jugaron un papel crucial en la conversión de la conspiración en una revolución con profundas implicaciones históricas para nuestro país.
Otro abril del pueblo lo representaron las movilizaciones populares de los día Los 23, 24 y 25 de abril de 1984. Estos días quedaron grabados en la memoria de la República Dominicana debido a las protestas populares que se extendieron por gran parte del territorio nacional. Estas manifestaciones surgieron como respuesta a las políticas económicas impuestas por el Fondo Monetario Internacional. Las ciudades afectadas incluyeron el Gran Santo Domingo, que comprende el actual Distrito Nacional y la provincia de Santo Domingo, así como San Cristóbal, Peravia, Barahona, La Romana, San Pedro de Macorís, Monseñor Nouel, Sánchez Ramírez, María Trinidad Sánchez, San Francisco de Macorís, Salcedo, Espaillat, La Vega, Santiago y Valverde.
El gobierno del Dr. Salvador Jorge Blanco (1982-1986) enfrentó la ira de la población debido a las altas precios de los alimentos básicos, la corrupción política, la devaluación de la moneda dominicana y la firma de un acuerdo con el FMI. En un intento por sofocar las protestas, el gobierno respondió con una represión sin precedentes contra los ciudadanos. A día de hoy, persiste la controversia sobre la magnitud de la tragedia, ya que las estimaciones del número de víctimas fatales varían considerablemente según las fuentes. Este evento marcó un capítulo significativo en la historia del país y dejó una huella imborrable en la memoria colectiva de la República Dominicana.
En ambos abriles, la sangre de los dominicanos abonaron la tierra en su camino hacia la liberación. Ambos abriles son parte de una herida que sigue abierta en la memoria, corazón y entrañas del pueblo dominicano.