INFOBAE: Un nuevo informe ha detectado la presencia de PFAS, unos químicos tóxicos, en varias marcas de condones y lubricantes. Los alarmantes niveles de estas sustancias cancerígenas preocupan a los autores del estudio, que alertan de que la piel es capaz de absorber estas sustancias químicas con relativa facilidad. El estudio ha sido financiado por el blog de defensa del consumidor Mamavation y dirigido por diversos asesores científicos.
Las PFAS, o sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas, son un grupo de compuestos químicos que contienen enlaces de carbono-fluoro. Estos compuestos son conocidos por su resistencia a las manchas, al agua y al aceite, lo que los hace útiles en una amplia variedad de aplicaciones, como productos de limpieza. Sin embargo, las PFAS también han sido motivo de preocupación debido a su impacto en el medio ambiente (ya que no se descomponen de forma natural) y su capacidad para acumularse en los organismos vivos, incluidos los humanos. Según la Agencia Europa de Medio Ambiente, “pueden provocar problemas de salud como daños hepáticos, enfermedad tiroidea, obesidad, problemas de fertilidad y cáncer”.
La piel del pene y la vagina son especialmente delgadas y sensibles, con múltiples vasos sanguíneos, lo que les convierte en órganos especialmente vulnerables ante la toxicidad de los PFAS, según revela en el informe la microbióloga Linda Birnbaum, asesora científica de Mamavation y ex directora del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental de Estados Unidos.
El efecto tóxico de estos PFAS puede tener repercusiones en la fertilidad (menos cantidad de espermatozoides), en bebés con poco peso al nacer y en una menor duración de la lactancia materna. Puesto que estos compuestos se utilizan para fabricar productos resistentes al agua, las manchas y el calor, es probable que los PFAS se hayan usado para los preservativos para ayudar al látex a repeler la humedad y el líquido.
“Es químicamente seguro que el tracto reproductivo femenino estará contaminado por algunas de las sustancias químicas presentes en los condones”, ha asegurado Teresa Heinz, investigadora del Green Science Policy Institute, en el informe.