Cuidar de nosotros y de nuestro planeta debe ser siempre una prioridad. Para ello, ahondamos en temas como el verduras y tubérculos… ¿Qué tienen de especial? ¿Cuánto debemos comer? ¿Los aprovechamos lo suficiente?
Una vez más, de la mano de Noelia López, nutricionista, contestaremos a estas cuestiones sin olvidar los conceptos de sostenibilidad y medioambiente. Porque un consumo alimenticio responsable no es tarea imposible.
Peculiaridades de los vegetales
Pieles, hojas, tallos… Prácticamente todas las partes de las verduras y de los tubérculos tienen propiedades nutricionales que hacen que desperdiciarlo sea, como poco, un error.
Eso sí, la experta insiste: ¡consume productos de proximidad!
Son más baratos, de mejor sabor y, además, son menos dañinos para el medioambiente.
Diferenciamos entre verduras y tubérculos
- Verduras: En general todas las verduras son ricas en fibra, micronutrientes como vitaminas y minerales o antioxidantes.
En definitiva, son alimentos con mucha agua y poca grasa, por lo que el aporte calórico es ciertamente bajo. Por ello, son imprescindibles en nuestra dieta, un pilar fundamental.
- Tubérculos: Junto con los cereales, fundamental en nuestra alimentación, ricos en hidratos, principal fuente de energía. Aunque el más popular sea la patata, no podemos ignorar el boniato o la yuca.
Los tubérculos son, en definitiva, nuestra fuente principal de energía. Noelia López habla de ellos como si de un combustible se tratase.
“Son la gasolina que necesita nuestro cuerpo para poder funcionar correctamente”, afirma la experta.
Proporciones y hábitos alimenticios
Hablemos de tubérculos o verduras, la nutricionista es clara: debemos consumir dos raciones repartidas al día y, una de ellas, preferiblemente cruda. Sería el equivalente a 125 gramos de ensalada o un plato de gazpacho.
Método del plato
Pero, ¿cómo podemos garantizar una ingesta adecuada de vegetales? Noelia López propone el “método del plato” como orientación.
Nuestro plato, si lo dividimos en cuatro partes (cada una correspondiente al 25%), debe estar compuesto en un 50% de verduras y hortalizas, mientras que la proporción de cereales y proteínas debe ser del 25% cada una.
Y para los niños…
En el caso de los niños, por la dificultad que entraña convencerlos para que coman algo que no encuentran atractivo o cuyo sabor no les agrada, es importante señalar la existencia del método NUTRIPLATO, un método educativo creado por expertos del hospital San Joan de Dèu (Barcelona) y con la colaboración de Nestlé, que propone una manera dinámica de lidiar con la alimentación de los más pequeños.
La nutricionista, por su parte, facilita una serie de consejos que pueden convertir la ardua tarea de inculcar una dieta equilibrada en algo sencillo.
Señala como puntos principales a tener en cuenta:
- Dar ejemplo: Se sentirán más motivados a probarlas
- Incentivar colaboración cocina: sencilla: puré, masa pizza. Todos nos gusta probar algo a lo que hemos dedicado esfuerzo
- Tiempo de compra. Buena lección de alimentos y conozcan más
- Mezclar los vegetales que menos gustan con platos llamativos/divertidos/preferidos
¡No desaproveches nada!
Pero de una forma u otra, no olvidemos que uno de las principales problemas a la hora de hablar de verduras y tubérculos es el desperdicio. Porque podemos aprovechar mucho más de lo que aprovechamos.
Así, Noelia López propone soluciones a esto, facilitando maneras de darle utilidad a tallos, hojas, pieles… Porque tirarlas no debe ser una opción.
Lechuga
Esta verdura de hoja verde la usamos únicamente para la ensalada, pero ahí lo dejamos. Pero si te sobra algo, ¡no la tires! Prueba a hacer una crema de lechuga.
Las partes verdes que siempre desechamos
- Zanahorias: si picas las hojas, puedes utilizarlas como hierba aromática, aportando mucho sabor. También se emplean en salsas, como el falso pesto.
- Cebolletas: utiliza los tallos para enriquecer caldos
- Puerros: los tallos de los puerros pueden tener muchos usos, como el de fritura (aporta un toque crujiente a las recetas), como decoración (cortarlo en trocitos pequeños puede aportar un color intenso a nuestras comidas, además de dar frescor) o como aporte de sabor (en rodajas finas puede añadirse a revueltos, tortillas, salteados, sopas)
Chirivías y remolachas
Sus tallos son comestibles y, además, de muchas formas:
- Crudos
- Batidos
- Zumo
- Al vapor
- Revueltos
- Salteados
Piel de patata u hoja de alcachofa
La piel de la patata y la hoja de alcachofa es perfecta para hacer crujientes chips
Vainas
Las vainas de los guisantes y de las habas ¡cuécelas y dales otro uso! Se pueden utilizar para hacer cremas de consistencia densa.
Brócoli
Con su tallo podemos hacer el conocido como falso cuscús: sano, saludable y nutritivo
Así que, sabiendo las posibilidades que presentan estos “desechos”, la próxima vez que plantees tirar algo, piénsatelo.
Agencia EFE