El próximo domingo, 7 millones 529 mil 932 dominicanos están convocados para elegir al próximo presidente y vicepresidente de la República, así como a los representantes del Poder Legislativo. Estas elecciones pasarán a la historia como un hecho sin precedentes en la historia político-electoral.
Pues, nunca antes en nuestro país se habían celebrado unos comicios en un ambiente con características tan singulares como las que nos ocupan, teñido por las consecuencias funestas de una pandemia que ha enfermado a miles de personas, destruido cientos de vidas y propinado un fuerte sacudión al aparato productivo nacional.
La crisis sanitaria provocada por el covid-19 obligó a que la Junta Central Electoral (JCE) activara su propio protocolo de votación, en consonancia con las directrices trazadas por el Ministerio de Salud Pública.
Ya antes habíamos dicho que los dos principales retos del máximo organismo comicial son, primero, organizar unas elecciones con garantías plenas de preservar la vida de los ciudadanos que ese día acudirán a las urnas a ejercer su derecho constitucional de elegir y ser elegidos.
Y la segunda barrera que la JCE espera saltar de manera exitosa, es garantizar que el proceso sea diáfano de principio a fin, y que los resultados de este certamen satisfagan no solo las exigencias de los partidos políticos que compiten, sino también las expectativas de toda la población dominicana.
En este momento crucial para el devenir de nuestra nación, lo conveniente es ir a votar, con actitud juiciosa y sin violentar las disposiciones emanadas de las autoridades sanitarias. ¡Que viva la democracia!
