Las comunidades de El Bethel y El Caño en La Ceiba del Salado se encuentran en total abandono por parte de las autoridades locales. Sus calles polvorientas les dan la bienvenida a sus visitantes y ponen de manifiesto la falta de atención que han recibido.
El Bethel se encuentra a escasos metros de la calle principal de La Ceiba, en sus inmediaciones se encuentra la Escuela Básica Trina de Moya Vázquez, por lo que su calle principal fue asfaltada hasta un poco más allá de ese edificio, de ahí en adelante no se ha hecho nada más.
En ese sector no hay ningún tipo de parque para recreación de quienes viven allí, así como no hay tampoco canchas ni espacios para los jóvenes practicar algún tipo de deporte. Neurys Vallejo, presidenta de la Junta de Vecinos de El Bethel, comenta que el asfaltado es lo más importante ahora, así como las áreas de recreación.
El año pasado echaron un tipo de material en las calles pero aún no han terminado el trabajo Según Vallejo hay más de cien casas en esa localidad. Alega también que en los tres años que tiene al frente de esa Junta de Vecinos nunca ha recibido la visita de las autoridades locales. Vallejo dice que la última vez que la llamaron para una reunión con las autoridades locales fue cuando el actual director distrital ganó las elecciones municipales.
En ese sector hay además un rio que producto de la contaminación se ha ido secando, y el puente que lo atravesaba para comunicar a esa zona con El Caño se cayó y aún no ha sido reparado. En la comunidad de El Caño la historia es aún más triste, pues se encuentran a varios kilómetros de la carretera principal de La Ceiba, su ubicación exacta es por la vieja carretera que conduce hacia Uvero Alto.
En El Caño las calles son aun de tierra y están llenas de innumerables hoyos. Gabino López, presidente de la Junta de Vecinos de esa comunidad, explica que la principal necesidad es la construcción del camino que conduce hacia allá.
Dice que han solicitado ese arreglo en varias ocasiones pero que no han sido escuchados. Son cuatro kilómetros y medio de carretera que necesitan que les reparen. Otra de las necesidades que tienen es la de hacer una reserva de agua para la comunidad.
Según López actualmente tienen una bomba que les permite sacar el agua y abastecer a todos los residentes, pero esta debe permanecer encendida casi un día entero para poder almacenar el preciado líquido en cada casa. Actualmente, según López, en El Caño hay unas 60 casas con un porcentaje de 360 habitantes aproximadamente.
FALTA DE OPORTUNIDADES
En La Ceiba una de las principales falencias es la falta de lugares de esparcimiento para los niños y jóvenes. Gabriel Silvestre, presidente de la Junta de Vecinos El Molino, manifiesta que solo cuentan con una cancha, la que está en el centro comunal construido por Fundación Grupo Puntacana, pero que no da abasto para todos.
No hay parques, canchas ni estadios para practicar deportes. Silvestre dice que en la Escuela Básica Trina de Moya Vásquez hay unos 900 niños, en el liceo hay unos 500 adolescentes, en un maternal tienen cerca de 60 niños, y dos colegios más, lo que suma alrededor de los 2 mil niños y jóvenes que no tienen donde recrearse.
Otra de las necesidades que tienen es la falta de centros de capacitación para la juventud. Según Silvestre requieren de escuelas de idiomas e institutos que les enseñen algún oficio a los jóvenes. Han pedido la construcción de un centro del Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional (Infotep) para que quienes residen allí se capaciten para trabajar en los hoteles de la zona. Actualmente los jóvenes deben trasladarse a Las Lagunas de Nisibón y a Higüey para inscribirse en centros de capacitaciones.