Verón. Al menos unas 15 provincias han sido declaradas en alerta amarilla en todo el territorio nacional, debido a la vaguada que incide en gran parte del territorio nacional, con fuertes aguaceros en algunas provincias.
La situación con las lluvias, aunque bendecidas porque representan un alivio para la agricultura, es que los ríos y cañadas se desbordan, las calles se inundan por el precario sistema de alcantarillado que tenemos en casi todos los pueblos, y porque muchas familias deben ser socorridas por vivir en lugares muy vulnerables para estos eventos atmosféricos.
Es por eso que debemos tomar todas las medidas necesarias para evitar que mucha gente sufra por las lluvias, que de acuerdo a la Oficina Nacional de Meteorología seguirán cayendo en todo el país.
El Centro de Operaciones de Emergencias ha activado ya su protocolo para hacer frente las consecuencias que se derivan de estas temporadas. Sin embargo, nunca será suficiente el esfuerzo que hagan los organismos de socorro, si las personas no contribuyen siendo razonables y acatando las directrices de las instituciones facultadas para orientar a la población.
En temporadas ciclónicas, que es cuando más vemos estos casos de desobediencia a los lineamientos dictados por el COE, el resultado ha sido trágico para muchas familias, las cuales han visto perder a seres queridos arrastrados por las crecidas de ríos y cañadas.
Otros han quedado sepultados junto a sus viviendas por deslizamientos de tierra que anteriormente habían sido advertidos por las autoridades. Entonces, ¿por qué esperar a que ocurra lo peor? Hagamos lo que nos corresponde, y seamos precavidos para mañana no tener que lamentarnos.
Recién venimos de un largo asueto que dejó unas 34 muertes ocasionadas precisamente por la falta de juicio y de comedimiento. Que no se repita ese escenario.