Tras las fuertes lluvias que cayeron en la región de São Paulo, en el sureste de Brasil, cobrándose la vida de al menos 40 personas, el presidente Lula da Silva visitó la zona y se comprometió a reconstruir en áreas seguras las viviendas afectadas, haciendo hincapié en la cooperación a nivel político.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, interrumpió sus vacaciones y visitó este lunes la región litoral de São Paulo en el sureste del país, donde lluvias torrenciales dejaron durante el fin de semana de carnaval 40 muertos y decenas de desaparecidos.
“Lo que significa es aterrador”
Las tareas de rescate están concentradas en el extenso municipio de São Sebastião, un destino playero ubicado a unos 200 km de São Paulo y que sufrió lluvias “récord”, con más de 600 mm en 24 horas, más del doble de lo esperado para el mes, según las autoridades. El gobierno de São Paulo informó que las precipitaciones en el litoral paulista marcaron el mayor acumulado en la historia de Brasil y una de las “mayores tragedias de la historia” de ese estado.
“En menos de 10 horas crecieron 600 milímetros. A mí me levantaron a las 04:30 de la mañana cuando me dijeron que se produjo un deslizamiento donde estábamos. Son historias, una al lado de la otra, y en pocos minutos y en poca distancia también. Estoy muy, muy impresionado por las escenas que vi ahí”, cuenta a RFI Sebastián Etchevehere, dirigente rural argentino.
Había, agrega, ”toda una ciudadanía que estaba buscando recurso de alguna manera, porque acá es la época de carnaval, entonces ves a toda esa gente desorientada, buscando familiares, alguna solución, protegiendo a los que están sufriendo alguna dolencia… Toda esa situación, obviamente, al verlo así, tan a flor de piel, impresiona mucho”.
En el atardecer del lunes, el gobierno de São Paulo subió el balance a 40 muertos, mientras que decenas de personas permanecían desaparecidas. Se reportaron 1.730 personas evacuadas y 766 desabrigados, según las autoridades, que desplegaron más de 600 socorristas, militares y policías en las labores de rescate. Las lluvias afectaron los servicios básicos de luz y agua en distintos municipios del litoral paulista.
“Por un lado, son los datos oficiales que obviamente relatan los cuerpos que pueden identificar, pero las historias que cuentan las personas que uno transita hablan de cientos y cientos de personas desaparecidas. Entonces, obviamente cada uno cuenta que no encuentra a un hijo, no encuentra a un padre… Lo que significa realmente es aterrador. Lo que sí se ve buena voluntad de la gente del estado trabajando, acompañando en lo que se puede”, detalla Sebastián Etchevehere.
Una alianza para “recuperar el estrago”
El presidente izquierdista, de 77 años, que asumió el poder por tercera vez el 1 de enero, se reunió luego con las autoridades regionales y locales y subrayó que la cooperación entre las autoridades de gobierno, de diferentes partidos, era una “buena fotografía” para Brasil, que sigue bajo un crispado clima político luego de unas elecciones presidenciales polarizadas y el ataque el 8 de enero a las sedes de los poderes por seguidores del exmandatario ultraderechista Jair Bolsonaro. “Puedo garantizar que mis ministros estarán dispuestos a conversar para que hagamos una alianza para recuperar, de verdad, el estrago que la lluvia hizo aquí en São Paulo”, señaló el mandatario en un pronunciamiento en São Sebastião.
El gobernador Tarcisio de Freitas, ex ministro de Bolsonaro y considerado su sucesor por muchos, confirmó la colaboración con el gobierno federal al margen de los signos políticos y decretó luto durante tres días en São Paulo y el “estado de calamidad” en seis municipios para facilitar el despliegue de recursos. Liberó unos 1,5 millones de dólares para tareas de rescate, mientras el ministerio de Hacienda anunciaba un envío por unos 2,2 millones de dólares en ropa, calzados y artículos de higiene personal y limpieza.
En Brasil 9,5 millones de personas viven en áreas de riesgo por deslizamiento o inundación, muchas de ellas en favelas, según el estatal Centro Nacional de Monitoreo y Alertas de Desastres Naturales (Cemaden). Brasil sufre fenómenos extremos frecuentes, y los científicos no descartan un vínculo con los efectos del cambio climático.