PUNTA CANA. Punta Cana, famosa por sus playas de arena blanca y aguas turquesas, alberga un tesoro escondido que cautiva a quienes se aventuran más allá de los resorts o centros vacacionales de lujo. Hoyo Claro, son conocidos como cenotes, un monumento natural que es un rincón mágico que merece ser descubierto y apreciado por su belleza y riqueza ecológica. Tanto su flora como su fauna son majestuosas. Sin embargo, este mágico lugar está prohibido en Semana Santa.
En este exuberante bosque danzan rítmicamente al sonido del viento las aves, reptiles, insectos y los árboles. Aquí se aprecian mariposarios naturales, perdices, gallaretas, ruiseñores, salamanquejas, lagartos, culebras sabaneras, peces, hicoteas y otras especies, las que con sus peculiares sonidos y movimientos llevan al éxtasis a los amantes de la naturaleza.
Los troncos y la frondosidad de los árboles permiten imaginar o adivinar los años de los samanes, de las guásumas, cocoteros, jinas y otras especies que crecen silvestremente.
La riqueza de Hoyo Claro está en su orografía e hidrografía, dos elementos que se conjugan para hacer de esta zona un lugar único, donde se devela, en forma exquisita el misterio de las aguas subterráneas y de cómo estas emergen a flor de tierra, exponiendo a la vista humana un espectáculo increíblemente paradisíaco, evidencia clara de un creador, de un ser divino que empequeñece significativamente la capacidad humana para entender tanta grandeza.
En la carretera Verón Punta Cana, en la provincia La Altagracia, se encuentra Hoyo Claro, un ecosistema de humedales que contiene un bosque tropical semi húmedo y se extiende por una llanura costera. Antes de visitar el lugar se aconseja acudir a la caseta del Ministerio de Medio Ambiente para recibir las orientaciones correspondientes.
En el lugar hay una cadena de cañaditas que conectan, de alguna manera, con los cuatro principales hoyos o lagunas mediante las cuales emerge de las profundidades de la tierra, un agua tan cristalina que permite ver el fondo completamente claro, haciendo honor a su nombre.
La principal y más grande de las cuatro fuentes es el conocido Hoyo Azul, cuyas aguas cristalinas disimulan cientos de metros de profundidad, desafiando la imaginación de los más atrevidos nadadores, muchos de los que, en su intrepidez, la han pasado difícil para emerger o sencillamente no lo pudieron contar, razón por la cual, en tiempos de Semana Santa está prohibido este lugar para el baño.
La laguna de Hoyo Claro, una de las más importantes dentro de este sistema, refleja la pureza de sus aguas cristalinas, amenazada por la inconciencia de algunos, quienes, pese a la advertencia de los cuidadores de estas aguas, lanzan botellas y vasos founds, envases plásticos y otros materiales no degradables y contaminantes.