VERÓN. La carne es uno de los alimentos que más consume el ser humano y que además aporta vitaminas al cuerpo. Conocer la calidad que tiene es fundamental y se define en tres conceptos principales que son, composición, aspecto visual y sabor.
El chef, Ángel Girona, contó que para distinguir si un producto es fresco o no, solo hay que tener sentido común, ya que algo que sabe o huele mal no puede estar bien.
Lo primero en lo que debes fijarte es en la etiqueta, ya que ahí estarán los detalles de cuando ha sido sacrificada y preparada la pieza de carne.
Detalló que su aspecto debe ser llamativo y que se vea fresco, en el caso de carne de res debe presentar un color uniforme, por ejemplo que esté bien roja y normal en todo el corte y el cerdo que tenga un aspecto rosa-rojizo.
Otra característica es que la superficie esté siempre ligeramente húmeda y tiene que ver con el líquido rojo que se acumula en la carne envasada. Sin embargo, si hay un exceso, eso indica que ha tenido diferencias con el envasado o que no ha sido bien descongelada.
En cuan to al olor, el chef explicó que lo primero es que no tenga mal olor.
Algo muy importante para conocer la calidad de la misma es su Jugosidad que varía dependiendo del agua retenida durante su cocción y que nunca debe estar dura. De hecho, debe ceder cuando la presiones con el dedo. Si está blanda y gelatinosa es que no es de buena calidad.
Es importante mencionar que las carnes que vienen envasadas pueden presentar un ligero mal olor al abrirlas por la proliferación de bacterias anaeróbicas, aunque esto no indica sea mala, ya que el olor puede desaparecer al poco tiempo. De lo contrario significa que la carne no está fresca y ha comenzado y puede descomponerse.
En el sabor cuando la carne no está en buenas condiciones, tiene mucho menos sabor, es amarga muchas veces y muy desagradable al paladar.
Asimismo, cuando está en mal estado, su color suele ser marrón, verde o morado. Lo que si te alertará de que no es apta para su consumo será sin duda la textura pegajosa, ya que ese hecho indica que las bacterias han empezado a hacer su aparición.
“Cuando van pasando los días se va estropeando el producto. Esa carne roja empieza a oscurecer quedando con un aspecto marrón oscuro. En el caso del pollo que normalmente tiene un color blanco o inclinándose a un rosadito y brillante, cuando va perdiendo la frescura también va oscureciendo”, precisó.
Dijo que cuando la carne esta cocinada ya las pistas que pone en evidencia si es de calidad son menos, porque el olor se puede enmascarar lavando el producto. Aunque normalmente cuando esta fermentada le sale una espuma blanca, pero eso es en un caso extremo.